martes, 18 de abril de 2017

19 DE ABRIL: DÍA DEL INDÍGENA AMERICANO

19 DE ABRIL: DÍA DEL INDÍGENA AMERICANO
Ohai: David Galeano Olivera
       Mientras la mayoría de la población del Paraguay se debate encarnizada y acaloradamente en torno al tema de la enmienda o cuando casi casi se anuncia, tristemente, otra feroz guerra, mundial?, a partir de la crisis en Siria; unos escuálidos cuerpos de degradados seres humanos deambulan sin ningún rumbo por Asunción y sus alrededores: son los INDIOS, así tratados despectivamente, despreciados desde hace 525 años, despojados de todos sus bienes originales y condenados a la vida más miserable que ningún ser humano se merece. Otros cuantos permanecen arrinconados y en condiciones infrahumanas en los pocos territorios que les quedan en el interior del Paraguay y de los cuales en un tiempo más serán desalojados inexorablemente para dar lugar a la “civilización”, a la “modernidad”, ante la indiferencia y el ninguneo de todos.



       Han perdido todo y en este lento proceso de desaparición están siendo consumidos por las lacras del “mundo civilizado”: prostitución, drogas, alcohol, tabaco. Quien hubiera pensado que después de vivir virtuosamente y sin que ninguna de esas plagas del mundo civilizado formaran parte de su estilo de vida, actualmente tengan que vivir de la mendicidad y para peor caer en el campo delictual, asaltando a la gente. Porqué lo hacen?, por gusto?. No, la respuesta es sencilla: lo hacen por necesidad. Los que no los aprecian dirán: y porqué no trabajan? Y la respuesta será: dónde, con quién, en qué condiciones?. Son indios. Para muchos ni siguiera son gente, sencillamente son indios, sinónimo de salvaje, ignorante, sucio, haragán. Nadie quiere darse cuenta que son seres humanos como nosotros y que como nosotros también tienen derecho a una vida digna, con un espacio donde vivir, con un techo que los cobije y con el sustento diario.

       Los Indígenas en el Paraguay, como en muchos otros lugares de América, nunca fueron el centro de atención de los gobernantes de turno que -las más de las veces- son personas sin sensibilidad hacia la problemática de los pueblos originarios. En el caso del Paraguay, ningún presidente electo en los últimos 25 años, priorizó las necesidades de los indígenas como proyectos a concretar en sus gobiernos, partiendo de la premisa que ellos no representan el gran caudal de votos que a la hora de la elecciones permita la victoria de algún candidato. Si efectuásemos un recuento rápido, contados con los dedos de la mano, podremos salvar los nombres de algunas personas e instituciones que han hecho toda clase de esfuerzos por reivindicar los derechos indígenas, su soberanía y su dignidad.

       Que les cuesta al presidente de la república y a los parlamentarios en su conjunto, más allá de los mezquinos temas coyunturales que los envuelve en luchas intestinas como por ejemplo el asunto de la enmienda; dedicarse de una vez por todas a brindar una atención integral a estos hermanos que hace 525 malditos años vienen sufriendo todo tipo de atropellos, vejaciones y discriminaciones. Todos sabemos que Itaipu y Jasyretâ tienen los recursos y que deberían destinarlos a la atención de los casi ciento veinte mil últimos índigenas que habitan el Paraguay, proveyéndoles de tierra, educación, salud y trabajo.

       Por lo demás, y de manera simbólica, este 19 de abril en las escuelas, colegios, universidades, iglesias, medios de comunicación, etc. -como cada año- seremos testigos de lacrimógenos discursos y actos de recordación melancólicos, vacíos e hipócritas. Los niños y jovenes leerán algunos textos en los cuales se trata a los indígenas en tiempo pretérito, por ejemplo, los Guarani “vivieron”, “se alimentaban”, “recorrían”, etc. sin siquiera percatarse que ellos aún “viven”, “se alimentan” y “recorren”, contraviniendo los mandatos de los libros que hace rato ya los dieron por muertos. Y aquí traigo a colación una anécdota de unos años atrás en que comentaba a mis alumnos acerca de la degradación de los pueblos indígenas, cuando uno de mis alumnos -luego de escucharme- reflexionó y me dijo: “Profesor, suerte que no soy indio”. En otras palabras, mientras el zapato no nos apriete no sentiremos ningún dolor o dicho de otro modo, que se vean los indios, mba'épio chéve. Concretamente, los indígenas están lejos de nuestros afectos, de nuestro jehechakuaa y de nuestra solidaridad.

       Ojalá alguna autoridad comprometida con la justicia social o por lo menos motivada por algún tipo de compasión, resuelva escuchar nuestro clamor y lidere ese gran proyecto que devuelva a los pueblos originarios parte de la dignidad que como seres humanos les corresponde.

       Finalmente y para quienes no lo saben, les recuerdo que el 19 de abril de 1940, en Patzcuaro, República de México, se realizó el Primer Congreso Indigenista Americano que tuvo la finalidad de preservar y proteger a las culturas indígenas de América. A raíz de dicho congreso se instituyó el Día del Indígena Americano recordado anualmente cada 19 de abril. Demás está mencionar que el 12 de octubre es para los Indígenas el día del duelo, el día del holocausto, el día de la muerte.

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Leer 19 DE ABRIL DE 2016: INDÍGENAS ATACADOS A BALAZOS. HASTA CUANDO?, en (http://lenguaguarani.blogspot.com/2016/04/indigenas-atacados-balazos-hasta-cuando.html)



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