Este espacio sirve para promocionar y difundir la Lengua y Cultura Guarani. Ko kuatiarogue heñói oñemoherakuâ hagua Guarani Ñe'ête ha Reko
Lengua Guarani
domingo, 10 de octubre de 2010
MARIO VARGAS LLOSA, GUARANÍME
MARIO VARGAS LLOSA, GUARANÍME
Ohai: David Galeano Olivera
Leer original (hacer clic) en: http://groups.google.com.py/group/guarani-nee-ii/web/mario-vargas-llosa-guaranme?hl=es
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa niko heñóikuri ára 28 jasyapy ary 1936-pe, Táva Arequipa, Peru retâme. Itúva héra Ernesto Vargas Maldonado ha isýkatu Dora Llosa Ureta, opoiva’ekue ojuehegui Mario heñoipotaite jave. Ernesto, itúva, ohejakuri Dora-pe ohayhúgui ambue kuñáme. Ombotýta jave 10 ary Mario oikuaa itúvape, ohejareiva’ekue chupe ha isýpe. Itúva, Ernesto, orekojeýkuri mokôi ta’ýra: Enrique ha Ernesto. Jorge Mario Pedro Vargas Llosa nació el día 28 de marzo del año 1936, en la Ciudad de Arequipa, República de Perú. Su padre fue Ernesto Vargas Maldonado y su madre Dora Llosa Ureta, quienes se separaron poco antes del nacimiento de Mario. Ernesto, su padre, dejó a Dora debido a su enamoramiento de otra mujer. Recién, a punto de cumplir los 10 años, Mario conoció a su padre, quien los había abandonado a él y a su madre. Su padre, Ernesto, tuvo dos hijos más: Enrique y Ernesto.
Vargas Llosa niko haihára katupyry, ojehecharamóva hetâ ha ambue tetâ rupi. Ha’éniko mombe’upuku apohára ha marandumyasâihára ohaíva España ñe’ême. Hembiapo porâitáre oñeme’êkuri chupe jopói hérava Principe de Asturias de las Letras (1986) ha Cervantes (1994), hetave apytépe. Vargas Llosa es un extraordinario escritor, reconocido en el Perú y en los demás países. Es un gran novelista y periodista que escribe en castellano. Por su excelente producción literaria le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986) y el Premio Cervantes (1994), entre muchos otros.
Vargas Llosa herakuâ mombyry ohairôguare ko’â mombe’upuku: “Los jefes” (1959), “La ciudad y los perros” (1962), “La casa verde” (1965) ha “Conversación en la Catedral” (1969). Umi ipyahuvéva apytépe oî “La fiesta del chivo” (2000) ha “El paraíso en la otra esquina” (2003). Avei ohai ñoha’ânga ha umíva apytépe oî: “La huida del Inca” (1952) ha pe ipahaguéva “Las mil y una noches” (2010). Ikatupyry avei ñe’êpoty apópe ha heta hembihai ohecha ára resa opaichagua kuatiahaipyrépe. Oî avei hembiapokue oñemyasâiva ta’ângaryrýi rupive, péicha: “La ciudad y los perros”, “Pantaleón y las visitadoras” (1973) ha “La tía Julia y el escribidor” (1977). La fama de Vargas Llosa se consolidó mediante novelas como: “Los jefes” (1959), “La ciudad y los perros” (1962), “La casa verde” (1965) y “Conversación en la Catedral” (1969). Entre sus novelas más recientes se encuentran “La fiesta del chivo” (2000) y “El paraíso en la otra esquina” (2003). También escribió obras de teatro entre las cuales se cuentan: “La huida del Inca” (1952) y la última “Las mil y una noches” (2010). También tiene en su haber una rica producción poética; además de varios ensayos y artículos publicados en diversos periódicos. Varias de sus obras se adaptaron al cine, como: “La ciudad y los perros”, “Pantaleón y las visitadoras” (1973) y “La tía Julia y el escribidor” (1977).
Ary 1958 guive oikundaha Europa-re ha oikojepe España, Gran Bretaña, Suiza ha Francia-pe; ha oiko jave umi tetâ rupi avei oñepyrû ohai. Are guive ombo’e heta aranduo ikatekatevévape, América ha Europa-gua. Ary 1990-pe oikékuri Peru jeporavoguasúpe, tetâ ruvicharârô. Desde el año 1958 recorrió Europa y vivió en España, Gran Bretaña, Suiza y Francia; y en ese tiempo se inició en la actividad literaria. Desde hace muchos años es docente de prestigiosas universidades, de América y Europa. En 1990 participó de las elecciones generales como candidato a presidente de la República del Perú.
Ára 7 jasypa ary 2010-pe ohupyty pe jopói tuichavéva: Premio Nobel de Literatura. El día 7 de octubre del año 2010 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.
Rehendusérô MARIO VARGAS LLOSA-pe oikuaávo ohupytyhague Premio Nobel de Literatura 2010; ehesakutu ko’ápe: http://www.youtube.com/watch?v=HI1wnAPyPBE&feature=player_embedded#
LA CIUDAD Y LOS PERROS (Fragmento)
De Mario Vargas Llosa
El Círculo había nacido con su vida de cadetes, cuarenta y ocho horas después de dejar las ropas de civil y ser igualados por las máquinas de los peluqueros del colegio que los raparon, y de vestir los uniformes caquis, entonces flamantes, y formar por primera vez en el estadio al conjuro de los silbatos y las voces de plomo. Era el último día del verano y el cielo de Lima se encapotaba, después de arder tres meses como un ascua sobre las playas, para echar un largo sueño gris. Venían de todos los rincones del Perú; no se habían visto antes y ahora constituían una masa compacta, instalada frente a los bloques de cemento cuyo interior desconocían. La voz del capitán Garrido les anunciaba que la vida civil había terminado para ellos por tres años, que aquí se harían hombres, que el espíritu militar se compone de tres elementos simples: obediencia, trabajo y valor. Pero aquello había venido después, al terminar el primer almuerzo del colegio, cuando por fin estuvieron libres de la tutela de los oficiales y suboficiales y salieron del comedor, mezclados a los cadetes de cuarto y de quinto, a quienes miraban con un recelo no exento de curiosidad y aun de simpatía.
El esclavo estaba solo y bajaba las escaleras del comedor hacia el descampado, cuando dos tenazas cogieron sus brazos y una voz murmuró a su oído: "venga con nosotros, perro". Él sonrió y los siguió dócilmente. A su alrededor, muchos de los compañeros que había conocido esa mañana, eran abordados y acarreados también por el campo de hierba hacia las cuadras de cuarto año. Ese día no hubo clases. Los perros estuvieron en manos de los de cuarto desde el almuerzo hasta la comida, unas ocho horas. El Esclavo no recuerda a qué sección fue llevado ni por quién. Pero la cuadra estaba llena de humo y de uniformes y se oían risas y gritos. Apenas cruzó la puerta, la sonrisa en los labios aún, se sintió golpeado en la espalda. Cayó al suelo, giró sobre sí mismo, quedó tendido boca arriba. Trató de levantarse, pero no pudo: un pie se había instalado sobre su estómago. Diez rostros indiferentes lo contemplaban como a un insecto; le impedían ver el techo.
Una voz dijo:
-Para empezar, cante cien veces "soy un perro", con ritmo de corrido mexicano.
No pudo. Estaba maravillado y tenía los ojos fuera de las órbitas. Le ardía la garganta. El pie presionó ligeramente su estómago.
-No quiere -dijo la voz- El perro no quiere cantar.
Y entonces los rostros abrieron las bocas y escupieron sobre él, no una, sino muchas veces, hasta que tuvo que cerrar los ojos. Al cesar la andanada, la misma voz anónima que giraba como un torno, repitió:
-Cante cien veces "soy un perro", con ritmo de corrido mexicano.
Esta vez obedeció y su garganta entonó roncamente la frase ordenada con la música de "Allá en el rancho grande”; era difícil: despojada de su letra original, la melodía se transformaba por momentos en chillidos. Pero a ellos no parecía importarles; lo escuchaban atentamente.
-Basta -dijo la voz- ahora, con ritmo de bolero.
Luego fue con música de mambo y de vals criollo. Después le ordenaron:
-Párese.
Se puso de pie y se pasó la mano por la cara. Se limpió en el fundillo. La voz preguntó:
-¿Alguien le ha dicho que se limpie la jeta? No, nadie le ha dicho.
Las bocas volvieron a abrirse y él cerró los ojos, automáticamente, hasta que aquello cesó. La voz dijo:
-Eso que tiene usted a su lado son dos cadetes, perro. Póngase en posición de firmes. Así, muy bien. Esos cadetes han hecho una apuesta y usted va a ser el juez.
El de la derecha golpeó primero y el Esclavo sintió fuego en el antebrazo. El de la izquierda lo hizo casi inmediatamente.
-Bueno - dijo la voz- ¿Cuál ha pegado más fuerte?
-El de la izquierda.
-¿Ah, sí? -replicó la voz cambiante- ¿De modo que yo soy un pobre diablo? A ver, vamos a ensayar de nuevo, fíjese bien.
El Esclavo se tambaleó con el impacto, pero no llegó a caer: las manos de los cadetes que lo rodeaban lo contuvieron y lo devolvieron a su sitio.
-Y ahora, ¿qué piensa? ¿Cuál pega más fuerte?
-Los dos igual.
-Quiere decir que han quedado tablas -precisó la voz- Entonces tienen que desempatar.
Un momento después, la voz incansable preguntó:
-A propósito, perro. ¿Le duelen los brazos?
-No -dijo el Esclavo.
Era verdad; había perdido la noción de su cuerpo y del tiempo. Su espíritu contemplaba embriagado el mar sin olas de Puerto Eten y escuchaba a su madre que le decía: "cuidado con las rayas, Ricardito" y tendía hacia él sus largos brazos protectores, bajo un sol implacable.
-Mentira -dijo la voz- Si no le duelen, ¿por qué está llorando, perro?
Él pensó: "ya terminaron". Pero sólo acababan de comenzar.
-¿Usted es un perro o un ser humano?- preguntó la voz.
-Un perro, mi cadete.
-Entonces, ¿qué hace de pie? Los perros andan a cuatro patas.
Él se inclinó, al asentar las manos en el suelo, surgió el ardor en los brazos, muy intenso. Sus Ojos descubrieron junto a él a otro muchacho, también a gatas.
-Bueno -dijo la voz- Cuando dos perros se encuentran en la calle, ¿qué hacen? Responda, cadete. A usted le hablo.
El Esclavo recibió un puntapié en el trasero y al instante contestó:
-No sé, mi cadete.
-Pelean -dijo la voz- Ladran y se lanzan uno encima de otro. Y se muerden.
El Esclavo no recuerda la cara del muchacho que fue bautizado con él. Debía ser de una de las últimas secciones, porque era pequeño. Estaba con el rostro desfigurado por el miedo y, apenas calló la voz, se vino contra él, ladrando y echando espuma por la boca y de pronto el Esclavo sintió en el hombro un mordisco de perro rabioso y entonces todo su cuerpo reaccionó y mientras ladraba y mordía, tenía la certeza de que su piel se había cubierto de una pelambre dura, que su boca era un hocico puntiagudo y que, sobre su lomo, su cola chasqueaba como un látigo.
-Basta -dijo la voz. Ha ganado usted. En cambio, el enano nos engañó. No es un perro sino una perra. ¿Saben qué pasa cuando un perro y una perra se encuentran en la calle?
-No, mi cadete - dijo el Esclavo.
-Se lamen. Primero se huelen con cariño y después se lamen.
Y luego lo sacaron de la cuadra y lo llevaron al estadio y no podía recordar si aún era de día o había caído la noche. Allí lo desnudaron y la voz le ordenó nadar de espaldas, sobre la pista de atletismo, en torno a la cancha de fútbol. Después lo volvieron a una cuadra de cuarto y tendió muchas camas y cantó y bailó sobre un ropero, imitó a artistas de cine, lustró varios pares de botines, barrió una loseta con la lengua, fornicó con una almohada, bebió orines, pero todo eso era un vértigo febril y de pronto él aparecía en su sección, echado en su litera, pensando: “Juro que me escaparé. Mañana mismo". La cuadra estaba silenciosa. Los muchachos se miraban unos a otros y, a pesar de haber sido golpeados, escupidos, pintarrajeados y orinados, se mostraban graves y ceremoniosos. Esa misma noche, después del toque de silencio, nació el Círculo.
“TÁVA HA JAGUAKUÉRA” (Vore)
Mario Vargas Llosa mba’e - Ohai Guaraníme: David Galeano Olivera
Atyha niko heñóikuri ha’ekuéra omoñepyrûvo heko guarini, 48 aravo oheja rire ijao tapiagua ha umi ñapîhára mbo’ehaopegua oñemoakâperôvo chupekuéra, ha omonde’ypývo guarini’ao, upérô ipyahuetéva; ha oñembohysýi’ypýrôguare korapy guasúpe, turuñe’ê pu ha ñe’êpohýi pa’ûme. Péva ha’ékuri ara paha upe arahakupegua ha Lima arapy oñemo’âmbaite araípe oĝuahêvo ijapýpe mbohapy jasy kuarahy ojopehague yvyku’i para rembe’ygua, ko’áĝa opytu’útava are porâ, ro’y aja. Ha’ekuéra ou hikuái Peru tuichakue javevégui; ndojokuaái ha ko’áĝa oiko chuguikuéra peteî aty año, oñembo’ýva hína óga guasuete renondépe, ha’ekuéra ne’îra oikehaguépe. Garrido -tuvicha upepegua- oñemoñe’ê ha he’i chupekuéra pe heko tapiagua upépe opaha mbohapy ary peve, ha upépe oikotaha chuguikuéra kuimba’e añetete ha he’i avei chupekuéra guarini rekópe oikeha mbohapy mba’e añónte: ñe’êrendureko, mba’apo ha py’aguasu. Upe mba’e ojehúkuri opa rire ikaru peteîha upe mbo’ehaópe, isâso rire hikuái huvichavusu ha huvichamirî poguýgui, osêmbaitévo kotykaruhágui ojehe’ahaguépe guarinirâ irundy ha poha mbo’esyrypegua ndive. Ha’ekuéra hesapopa ha ohecharamoite umívape, hi’arevémava chuguikuéra upépe.
Tembiguái oîkuri ha’eño ha oguejy jupiguejyha rupi kotykaruhágui korapýpe, ha upe jave oñandu oipyhýva chupe mokôive ijyvágui ha ohendu ijapysápe oñe’êva: “eju orendive, jagua”. Ha’e opukavy ha oho hapykuerikuéra. Ijerére ohecha mba’éichapa heta umi iñirû pyahu upe pyhareve oikuaava’ekue, avei ojeraha mbaretépe tape iñanandymívare mbo’esyry irundyhapegua renda gotyo. Upe ára ndaipórikuri mbo’epy. Jaguakuéra oîkuri irundyhapegua poguýpe tembi’u’asaje opa guive karupyhare peve, haimete poapy aravo. Tembiguái ndoikuaái moôitépa ojeraha ha mávapa oguerahákuri chupe. Áĝakatu upe tenda henyhê tatatî ha guarini’aógui ha oñehendu opuka ha osapukáiva. Oikévo kotypýpe, opukavyhápe gueterei, oñandu oinupâva ichupe ijatukupépe. Ho’a yvýpe, ojere ijehe ha opyta ojepyso ovayvávo. Oñeha’â oñembo’y ha ndaikatúi: oîgui peteî opyrûva hyére. Ha’e ndaikatúi ohecha ogahoja, pa tekove hovasýva ojesarekógui hese ku omañaramoguáicha peteî mymbachu’imíre.
Peteîva he’i: “Ñañepyrû haĝua, epurahéi ñandéve sa jey “che peteî jagua” ha embohyapu México purahéi ipuháicha.
Ndaikatúi. Ha’e ijurujái ha hesajerepa. Ijahy’o rakuvy. Upe opyrûva hese opyrû hatâmive hyére
-Ndoipotái -he’i upe oñe’êva- ko jagua ndopuraheiséi.
Ha upémaramo umi tovasy ojeréva hese oipe’a ijuru ha ondyvu hese heta jey, ndaha’éi peteî jeymínte ha upévare ha’e omboty hesa. Opávo ñendyvu hese, upe oñe’êva -ha’e oikuaa’ŷva mávapa- ojerehápe hese, he’ijey:
-Epurahéi ñandéve sa jey “che peteî jagua” ha embohyapu México purahéi ipuháicha.
Ko’áĝa katu iñe’êrendúma ha ijahy’okua rupi osê pe ñe’ê’apesâ ojejeruréva ichupe ha oñeha’â’anga ombohyapu ku purahéi “Allá en el rancho grande” ipuháicha; ha hasy chupe upe mba’e, ndaijaporâigui chupe pe ñe’ê’apesâ upe purahéi retepýpe; upévare opuraheirângue sapy’ánte ipu karêmba. Jepémo vaicha ndoúi ha ndohóiva upe mba’e umi ijaheihárape. Ha’ekuéra, uvei, ojapysaka porâ hese.
-Ekirirî -he’i upe oñe’êva- ko’áĝa epurahéi bolero púpe.
Upéi ombopuraheika chupe mambo ha vals criollo púpe. Upéi osapukái hikuái chupe:
-Eñembo’y.
Ha’e oñembo’y ha ipópe omopotî hova ry’aikue. Ombohasa ipo rykue ikaso revíre oñemokâvo. Upe oñe’êva oparandu:
-¿Oîpa he’iva’ekue chupe omopotî haĝua hova? Nahániri, avave nde’íri chupe.
Opavavéva ojejurupe’ajey ha ondyvu hese ha ha’e, pya’e porâ, omboty hesa, upe ñendyvu opa peve. Upéro upe oñe’êva he’i:
-Umi mokôi oñembo’ýva nde ykére niko nde ruvicha hína, jagua. Epu’â ha eñembo’y porâ. Péicha, oî porâ. Umi mokôi, nde ruvicháva, oñembojaru’imíta ha nde eréta mávapa ha’eve.
Akatuaygua raê ojopy chupe peteî po’apu’a ha Tembiguái oñandu peteî mba’e haku osyrýva ijyva yvatevehápe.
Uperiremínte, ijasu gotyo oîva, ojopy avei chupe peteî jyvaro’o.
-Oîma -he’i upe oñe’êva- ¿Mávapa nenupâ hatâve?
-Oîva che asúpe.
-E’a -he’i ambue oñe’êva- aipórô piko che peteî pililito mba’e?. Jahechami, añandukajeýta ndéve ko che po’apu’a. Ejesarekóke.
Tembiguái haimete ho’a oñandúvo ñenupâ, jepémo upéicha, ndo’ái: umi oîva ijerére ojoko hikuái chupe ha omoîjey hendaguépe.
-Ha ko’áĝa piko, mba’eteko? ¿Mávapa oinupâ hatâve?
-Mokôive, peteîchaite.
-Aipórô piko mokôive ojoja imbaretekuépe -he’i upe oñe’êva- Upéicharô nenupâjeyva’erâ hikuái jahechávo mávapa oinupâ hatâve.
Uperiremínte, upe oñe’êva ha naikane’ôivavoi, oporandu:
-Eremi chéve, Jagua ¿Hasýpa ndéve umi nde jyva?
-Nahániri -he’i Tembiguái.
Añetehápe, amo hapópe, ha’e noñanduvéima hete ha ára. Hi’ánga vaicháku ohecháva pe para kirirî Puerto Eten-gua ha gua’u ohendu isýpe he’írô chupe: “ejererekóke umi nde ruvicha hi’arevévagui, Ricardito” ha oipyso ipo oñañuâ haĝua chupe, pe kuarahy ojopéva guýpe.
-Ndejapu -he’i upe oñe’êva- ndahasýirô ndéve ¿piko mba’ére nerasê, jagua?
-Ipy’apýpe ha’e he’i ijupe “opáma” ha nimbora’e ha’ekuéra oñepyrûramóta.
-¿Ndépa jagua térâ ava?- oporandu upe oñe’êva.
-Peteî jagua, che ruvicha.
-Upéicharô, ¿mba’érepiko reñembo’y?. Jagua niko oiko irundy hetymáre.
Ha’e ojayvy ha opokóvo yvy ipópe, oñandu mba’e raku ijyvapegua. Hasyeterei chupe. Upépe ohecha oîha ambue mitârusu ijykére, avei opoñýva ha’éicha.
-Oî porâ -he’i upe oñe’êva- Mokôi jagua ojejuhu jave tapére, ¿mba’e ojapo?. Embohovái chéve, che ra’y. Ndévengo aporandu.
Tembiguái oñandu opyvoíva heviro’óre ha upepete osê ombohovái:
-Ndaikuaái, che ruvicha.
-Oñorairô -he’i upe oñe’êva- oñarô ha opo ojuehe. Ha ojosu’u.
Tembiguái naimandu’ái ambue mitârusu -hendive oñemongaraiva’ekue- rováre. Oimeva’erâ upéva ou pehê pahapeguágui, ava karape’i peteî. Ha’éngo oî py’atytýipe, oñembohovavaipa kyhyjégui ha okirirîvo upe oñe’êva, hapicha ou chupe, oñarô oúvo, ijuruhyjuipa ha, peichaháguinte, Tembiguái oñandu oisu’úrô chupe peteî jagua hasy vaicha, ha upépe hete ojetyvyro ha ha’e oñarô ha oporosu’u aja avei, oñandu vaicha ipirerague’atâmbaha ha ijuru ojoguaha jagua jurúpe, po’i puku, ha ijatukupe gotyo oityvyro huguái ápe ha pépe, tejuruguáicha
-¡Opa! -he’i upe oñe’êva- nde reñemotenonde hese. Ha kóva ko karapeto’i ijapu oréve. Ndaha’éi jagua, péva niko jaguakuña ra’e. ¿Peikuaápa mba’e oiko peteî jagua ha peteî jaguakuña ojojuhu jave tapépe?
-Nahániri, che ruvicha- he’i Tembiguái.
-Ojoheréi. Ñepyrûrâme oñohetû kunu’ûpópe ha upéi ojoheréi.
Ha upéi onohê hikuái chupe okápe ha ogueraha chupe korapýpe ha ha’e ndaikatúi imandu’a ára guetereípa térâ ho’ámapa hi’ári pyhare. Upépe ombo’opívo hikuái chupe ha upe oñe’êva ojerure ñe’ê pohýi reheve oyta haĝua ovayvávo, oñaníva rape ári ha ojerévo vakapipopo oñeha’âháre. Upéi omoingejey hikuái chupe kotypýpe ha upépe oipyso heta savana huvicha rupakuéra ári ha opurahéi ha ojeroky peteî aorenda ári. Oha’â umi ta’ângaryryipegua. Ombovera heta sapatu. Oitypei peteî itape ikûme. Oporeno peteî arambohápe. Omboy’u ty, opa umi mba’e niko ojapyhy chupe ku akânundúicha ha peichaháguinte oñeñandusapy’a umi iñirû -ha’éicha oguejyramóva- apytépe, hupápe ha he’ívo ijupe: “Añe’ême’ê che jupe, ko’êrô, ahataha ko’águi, atimbóta ko’águi”. Kirirî ojaho’i upe koty. Mitârusumimi omaña hikuái ojuehe ha jepémo hetaiterei oipo’o, oñendyvu hesekuéra, oñembosa’yvaipa hete ha ojekuaru hesekuéra; ha’ekuéra hovasy ha ndohechaukái imba’embyasy. Upéva upe pyharépe, ipúvo kirirî aravo, heñóikuri pe Atyha.
1.- Rehechasérô MARIO VARGAS LLOSA rembiapokue “LA CIUDAD Y LOS PERROS”, ehesakutu ko’ápe: http://www.youtube.com/watch?v=POf7m6vFx8E&feature=related
2.- Remoñe’êsérô MARIO VARGAS LLOSA rembihai “LA CIUDAD Y LOS PERROS”, ehesakutu ko’ápe: http://www.hacer.org/pdf/Vargasllosa04.pdf
3.- Rehendusérô MARIO VARGAS LLOSA-pe oñe’ê jave ñe’êpotýre, ehesakutu ko’ápe:
http://www.rtve.es/mediateca/audios/20100824/vargas-llosa-diserta-sobre-poesia/858378.shtml
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