GRACIAS A DIOS
Ohai: David Galeano Olivera
Leer también en (https://dgaleanolivera.wordpress.com/2020/10/18/gracias-a-dios/)
La población paraguaya como la de muchos
otros países del mundo tiene una fuerte tradición Cristiana Católica en todos
los estratos sociales o en los diferentes ámbitos geográficos (sobre todo en
las zonas rurales), y permanentemente “invoca” a Dios en diversos momentos del
vivir cotidiano y más aún en los momentos difíciles. De hecho, lo mismo ocurre con
las muchas otras confesiones religiosas que existen en el mundo. No perdamos de
vista que todas las sociedades, en sus inicios, se caracterizaron por
desarrollar una vida religiosa, inspirada en Dios y vivida por y para Dios.
Ocurre –repito- tanto en las sociedades cristianas, como también en las musulmanas,
budistas y por supuesto, en la Guarani. Es imposible concebir la cultura
Guarani sin tener como punto de partida a la religión, donde Dios es Ñande Ru
(Ñane Ramói, Ñanderuvusu, etc) y el vivir diario se inspira en Él.
Siempre me llamó la atención la manera
en que la gente utiliza la más común o popular de las frases que alude a Dios
y es “gracias a
Dios”, así por ejemplo, a la pregunta “rendiste bien?”, la respuesta
más probable es “sí, gracias a Dios”, o bien, “cómo andás?” y lo más probable
es que recibamos como respuesta un “bien, gracias a Dios”. A la pregunta “y la
familia?”, la respuesta más frecuente es “bien, gracias a Dios”. Y esto lo
dicen pobres, ricos, analfabetos, instruidos, hombres de ciencia, autoridades,
políticos, etc. Esto nos confirma que, consciente o inconscientemente, existe
una tendencia, en la conciencia colectiva, de recordar a Dios y expresarle la
gratitud por el bienestar y la prosperidad espiritual, moral y material.
También es común en el hablar del
paraguayo el hacer depender de Dios alguna idea o acción ideal o concreta,
natural o cultural; así, la gente de cualquier extracción como lo mencionamos
antes, dice la frase “si Dios quiere”. Así, por ejemplo, “Va a llover, si
Dios quiere”, “Voy a pasar de curso, si Dios quiere”, “Voy a conseguir trabajo,
si Dios quiere”. Por otra parte, también los adultos (padres, madres, abuelos,
abuelas, padrinos, madrinas, tíos y tías), hasta hoy dan la bendición diciendo
“Dios te
bendiga”, es como si fuera que ellos son los depositarios de la
bendición de Dios. El interesado se acerca a ellos pidiendo “la bendición papá
o la bendición mamá” y la respuesta es “Dios te bendiga”. Esto demuestra, en el
fondo, la necesidad del paraguayo de contar con la bendición o protección de
Dios.
Otra fórmula conocida y siempre usada
es “Dios se lo
pague”, que en Paraguay en muchos casos se dice “Dio se lo pague” y
se aplica cuando alguien recibe un favor, atención o ayuda y reconociendo el
valor de ese gesto, el receptor responde con un “Dios se lo pague”. En otras
palabras, Dios pagará a aquel benefactor ese gesto de desprendimiento al
semejante pero cuándo, dónde y cómo Dios se encargará del pago, eso es un
misterio. Sin embargo, la gente cree que eso es o será así.
Por muchas razones, a lo largo de mi
vida, recorrí varios hospitales y en ellos siempre existe un oratorio o
imágenes o textos alusivos a Dios. También escuché a médicos y
enfermeras recomendando rezar para una pronta curación. Varios amigos médicos
me dijeron que antes de alguna cirugía se santiguan o persignan o dicen alguna
oración o se encomiendan a su santo protector o patrono. Esta práctica se hizo
más evidente en esta pandemia, donde la muerte y el dolor nos tocaron más de
cerca.
Estas son solamente unas pocas
referencias a Dios en este escrito. Hay otras expresiones referidas a Dios que
se pueden ver en las calcomanías pegadas a los vehículos, como por
ejemplo, “Dios es amor”, “Dios es grande”, “Dios en tus manos encomiendo mi
alma”, “Dios es mi pastor, nada me faltará”, “Dios guía este vehículo”, etc.
Más allá de cualquier polémica, Dios
existe en la convicción de la gente.
Como estudioso de la cultura y del modo
de ser o de vivir de la gente, lo expuesto deja en claro el valor de Dios en el
devenir de la población y sería de necios negarlo. Dios -más allá de la
religión misma y de su práctica- tiene una presencia poderosa en la gente, sin
importar su filiación política, su formación académica, su condición económica,
su preferencia deportiva, etc. Se puede decir que todos tenemos un altar en nuestro interior,
donde resuena la frase... “Gracias a Dios”.
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Ver Youtube en (https://www.youtube.com/watch?v=OB2o0sCZF1g)
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