Lengua Guarani

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Ára Pyahu

viernes, 31 de marzo de 2017

FÉLIX DE GUARANI: ACERCA DEL GRAFISMO DEL GUARANI

ATENEO DE LENGUA Y CULTURA GUARANI
Maitei horyvéva opavavépe
David Galeano Olivera

ACERCA DEL GRAFISMO DE LA LENGUA GUARANÍ

Por: Félix de Guarania, 2001 – Publicado por GUARANI RENDA


No conocemos la escritura de los guaraníes, ni siquiera sabemos si escribían. Aunque en la página 262 del “Arte” de Montoya (Nueva Edición Viena-París, 1876) encontramos: «Escribir: Aiquatia». Y en el “Vocabulario y Tesoro” del mismo autor, o sea en la segunda parte del libro (página 239v./232v.): «Quatia, r: Escritura, pintura, dibuxo, papel, carta, libro» (n.1). Así, pues, los primeros textos que tenemos son los que escribieron los españoles de la época de la colonización, principalmente sacerdotes, que lo hicieron basándose en la gráfica de su idioma (los del área de la colonización portuguesa lo hicieron basados en el portugués).

Cada uno escribía de manera distinta. Trataban de representar los sonidos guaraníes según como escuchaban y según las posibilidades del idioma que conocían. Entre Antonio Ruiz de Montoya y Nicolás Yapuguay (Sermones y Ejemplos en Lengua Guaraní, edición facsimilar de la Edición Príncipe del año 1727, Editorial Guarania, Buenos Aires, 1953) y otros, hay diferencias. Como era de esperar, no había ni podía haber sistema alguno en la gráfica de entonces. Por eso, es muy difícil de leer y entender estos textos. De ahí lamentables confusiones y palabras que corren con una fonética distinta y a veces con significado distinto a la que en realidad debería tener.

Recién en el siglo XIX aparecieron personas que se interesaron por la adopción de una gráfica que esté en consonancia con los verdaderos sonidos del idioma. En 1867, por disposición oficial se reunió en Paso Pucú una comisión formada por Luis Caminos, Carlos Riveros, Andrés Maciel y Crisóstomo Centurión para estudiar y resolver la adpción de una gráfica lógica y coherente. Esta comisión adoptó la gráfica con que se escribieron los periódicos de la época, principalmente Cabichuí (Kavichu’i) y Lambaré. Sin embargo, a juzgar por lo que podemos ver, tampoco era un sistema estrictamente elaborado, fiel a los sonidos característicos del guaraní. Refiriéndose a esa gráfica, el Dr. Moisés Santiago Bertoni, científico suizo radicado largamente en el Paraguay, en su libro Plantas Usuales y Útiles (Capítulo “De las grafías del Guaraní y de las Ortografías”) dice: «Fue seguramente la menos defectuosa y la más práctica, pudiendo seguirse en las modestísimas imprentas de ese tiempo. Pero la espantosa guerra llevó todo, y los pocos sobrevivientes olvidaron aquella ortografía completamente».

A lo largo de la primera mitad del siglo XX, cada quien escribía a su propio gusto. Las grafías usadas por El Enano (semanario satírico bilingüe fundado en 1903), y las usadas por Narciso R. Colmán (Rosicrán), por Félix Fernández, Darío Gómez Serrato, Manuel Ortiz Guerrero, Emiliano R. Fernández, son diferentes y ninguno de ellos se preocupó seriamente por resolver el problema (es posible también que no tuvieran la preparación necesaria para hacerlo, lo cual no quita que hayan sido grandes poetas y escritores).

Moisés S. Bertoni por su parte, creó una gráfica para la lengua guaraní y la usó en su obra. El punto más polémico fue siempre la representación característica “y” (agua en guaraní). Desde Montoya, que la representaba con la “i” latina con una media luna invertida encima, fueron usadas sucesivamente la i griega (y) (Restivo, Yapuguay y otros), la “ih” (Bertoni), la “ic” (Rosicrán, por poco tiempo), la i latina con circunflejo (î), cuya creación algunos atribuyen a Ortiz Guerrero y otros a Emiliano R. Fernández. Este signo es reivindicado por algunos antiguos miembros de la desaparecidaAsociación de Escritores Guaraníes (ADEG), aunque no son consecuentes, pues, en sus raras publicaciones usan indistintamente ese signo y la i griega en su doble función de sexta vocal y la consonante (ye).

Los primeros esfuerzos serios por dotar al guaraní de una gráfica apropiada, corresponde a la entidad denominada Cultura Guaraní, que en 1950 participa en un congreso con ese fin en Montevideo, donde se plantea por primera vez, fundamentándolo científicamente, el uso de la “j” como “ye” y la i griega (y) exclusivamente como la sexta vocal característica.

En nuestro país, como lo indica Dionisio G. Torres en su libro Sobre la Grafía del Guaraní (Asunción, 1989), «A propuesta de la Cátedra de Lengua Guaraní de la Facultad de Filosofía UNA, se adopta un sistema ortográfico fonético con dos enmiendas (con respecto a lo resuelto en el Congreso de Montevideo): El uso de la consonante palatal “J” en vez de la “Y” (ye) y la inclusión de la “G” como consonante blanda; la vocal gutural “Y” indica el sonido propio característico del Guaraní».

Actualmente en el Paraguay, se emplean prácticamente dos gráficas, aunque una de ellas día a día pierde vigencia, que es la llamada “tradicional y popular” por sus cultores, convenida en una reunión de escritores guaraníes en 1960 y adoptada oficialmente para sus publicaciones por el Ministerio de Defensa Nacional (que propició aquella reunión). La resolución respectiva fue impuesta por decisión de “la mayoría”, sin que medien argumentaciones realmente serias.

La otra gráfica, denominada “moderna” o “científica” o “académica” por sus partidarios, hoy por hoy es empleada en la mayoría de las instituciones dedicadas a la enseñanza del idioma; fue adoptada oficialmente por la División de Lengua Guaranídel Ministerio de Educación y Cultura, y por las universidades Nacional y Católica. Además, existe una importante producción literaria (poesía, teatro, cuentos, traducciones) y una también bastante profusa de estudios guaraníes (gramática, cursos, etc.) que la han adaptado. Materiales de lectura producidas por asociaciones campesinas (incluso indígenas), por la Iglesia Católica y otras confesiones religiosas, revistas, boletines, periódicos como Ñomongetarã y las, aunque raras, publicaciones en guaraní de los diarios del país, emplean esta gráfica.

La discusión acerca de la gráfica guaraní ha sido (aún lo es, en cierto modo) intensa y apasionada. La principal argumentación que esgrime la primera es la “tradicionalidad” contra “el carácter extranjerizante” de la gráfica moderna. El profesor Reinaldo Decoud Larrosa decía a este respecto que no se podía hablar de «grafías que se han hecho tradicionales», porque «ninguno de los poetas, ni los citados ni los no citados, han usado en sus producciones desde que se iniciaron como escritores la misma grafía. Han variado. Además, se considera como tradicional solamente cuando una grafía se ha usado ininterrumpidamente por mucho tiempo por todos los escritores. Eso no ha ocurrido ni ocurre en el guaraní, pues, cada escritor escribe a su manera y muchos escritores de diversas maneras».

La grafía “tradicional” emplea, ya lo dijimos, la “I” latina con circunflejo para representar la sexta vocal en guaraní, y cuando ésta es nasal, saca el circunflejo y lo sustituye por la diéresis, o sea, los dos puntos sobre la letra; la “JH” para la aspirada; así como la “C” ante A, O, U y la “K” ante E, I, y la “Y” (sexta vocal), que los partidarios de esta grafía escriben con la “I” latina con circunflejo (Î). La “Y” es usada como ye consonante. Es de advertir ninguno de los escritores que adopta esta manera de escribir es consecuente. A menudo un mismo escritor escribe de diversas maneras en un mismo texto.

En general, la práctica demuestra que la gráfica “tradicional” presenta verdaderos inconvenientes gráficos y acentúa la posibilidad de cometer errores. La adopción de muchos diagramas dificulta la lectura fluida. A los ojos se hacen más difícil captar con la celeridad necesaria la imagen de la palabra.

En cuanto a la gráfica “moderna”, su principal acierto consiste en su sencillez y la exactitud con que se representan los sonidos del guaraní. Desde luego, ha sido compuesta teniendo en cuenta las modernas conclusiones de la ciencia del lenguaje. y «la ortografía, como hecho lingüístico –dice el Dr. Reinaldo Decoud Larrosa– debe ser estructurada necesariamente sobre los fundamentos establecidos por la ciencia del lenguaje».

FÉLIX GIMÉNEZ GÓMEZ (FÉLIX DE GUARANIA)
DATOS BIOGRÁFICOS

Nació en la ciudad de Paraguarí, en 1924.

Poeta, narrador y autor teatral bilingüe (español-guaraní), profesor de guaraní y profundo conocedor de la lengua y cultura de los guaraníes, este prolífico vate bilingüe es uno de los poetas sociales más conocidos del Paraguay actual.

Traductor oficial al guaraní de la Constitución Nacional y cofundador del Instituto de Lingüística del Paraguay y del Centro Paraguayo de Investigaciones Lingüísticas (CEPAIL), Don Félix de Guarania (seudónimo literario de Félix Giménez Gómez) es autor de una veintena de obras entre las que figuran los poemarios:
Poemas de Noche y Alba (1954),
Penas Brujulares (1964),
¡Despierten las palabras! y ¡Tuju nde aho’i che retã! (1985; volumen doble),
Tojevy Kuarahy (1989),
A Tiempos de Nostalgia (1992; reedición de Pétalos, 1942),
De la raíz del sudor (1994),
Ñe’ê poty mitãme guarã (1998) y
Me identifico (2000), una colección de 18 poemas “Para rememorar los nombres de los que dieron todo por la patria antes, durante y después del Marzo Paraguayo”, como se lee en el epígrafe inicial del libro.

Sus publicaciones incluyen varias ediciones antológicas dedicadas a conocidos representantes de la poesía popular, entre ellos a Carlos Miguel Jiménez (1990), Antonio Ortiz Mayans (1991) y Emiliano R. Fernández (1992). Su obra creativa como también su incansable labor en defensa de los indígenas y en pro de la cultura guaraní le han ganado algunos premios importantes como la Plaqueta Homenaje de la Poesía Local (XX Edición del Festival de Ypacaraí) y el Plato “Los 12 del Año” otorgado por Radio Primero de Marzo, distinciones recibidas ambas en 1992. En 1995 fue distinguido con plaquetas honoríficas por el Festival del Takuare’ê y Radio Nacional del Paraguay y con la Condecoración en el Grado de Comendador por el Gobierno Nacional. Un año después, en 1996, fue galardonado con la Medalla de Sembrador de Cultura por la Municipalidad de Lambaré.

En 1995 publicó ESTOS SON MIS TESTIGOS Y MI TESTIMONIO, libro que documenta décadas de violaciones a los derechos humanos cometidas contra el pueblo paraguayo por el gobierno dictatorial del general Higinio Morínigo (1940-1948) primero y por el del general Alfredo Stroessner (1955-1989) después.

De más reciente aparición son los ensayos LO SAGRADO EN LA CULTURA GUARANÍ (2000), PARAGUAY CULTURAL (2000) y DE LA SABIDURÍA POPULAR (2000), ensayo y muestrario antológico del folklore paraguayo.

En teatro es autor de MBORIAHU REKOVE (escrita y estrenada en 1944) y de TEKOA’ANGA: TEATRO POPULAR EN GUARANÍ (2001).

Tiene además varios libros de gramática y lengua guaraní, así como también un diccionario guaraní-español-español-guaraní para uso escolar.

Como traductor, ha vertido al guaraní: de JOSÉ MARTÍ, VERSOS SENCILLOS y ÑOKUÃ’I (traducción de su cuento “Meñique”, 2001); de Molière, Molière en guaraní (2000); y de Bécquer y García Lorca, Gustavo Adolfo Bécquer y Federico García Lorca en guaraní (2001).

En narrativa es autor de EL CRISTO DE COLLAR Y OTROS CUENTOS (1997; edición bilingüe) y de CUENTOS CLANDESTINOS (2000), serie de relatos-testimonios que recobran y reflejan vivencias de un largo y trágico período del siglo XX paraguayo.

Fuente: ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA PARAGUAYA, 3ra. Edición fue publicada en 2004 por Editorial y Librería EL LECTOR, autora:  TERESA MÉNDEZ FAITH. Asunción-Paraguay

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