LOS
GUARANI Y LA CONCEPCIÓN DE LO PERFECTO
Por
David A. Galeano Olivera (*)
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1.
Introducción
Convengamos
en el inicio de esta exposición que el Guarani -hablado por la
mayoría de la población del Paraguay- detenta en su historia las
mayores y más violentas persecuciones, como ninguna otra lengua
sufrió en la historia de la humanidad. Prueba de ello es que en los
últimos cien años, los Guarani-hablantes padecieron todo tipo de
atropellos verbales y físicos. Gente a quienes despectivamente se
trataba de “guarango”, “campesino”, “indio” o “juruky’a”.
Otros fueron castigados en las instituciones educativas, quedando en
la escuela después de la hora de salida; o en la esquina de la sala
de clase de plantón; o bien, recibiendo bofetadas; o recorriendo el
patio escolar repitiendo “no voy a hablar más Guarani”, o
arrodillándose sobre sal gruesa o avati tupi ku’i; o colgándose
de una alambrada de púas, en la posición ñakyrâ y gritando a todo
pulmón “estoy aquí por hablar Guarani”, o siendo sometidos a la
degradante experiencia de bajar de grado o curso por hablar Guarani.
Sin
embargo, el Guarani supo sobrevivir a todo tipo de embates y
probablemente su fortaleza radique en su propia antigüedad en el
tiempo, pues los 3 trabajos arqueológicos realizados en Caballero
(Paraguari), Itaipu (Alto Parana) y Capitán Bado (Amambay) reflejan
que los Guarani ya moraban el actual territorio paraguayo, hace más
de diez mil años.
El gran elemento estabilizador de la cultura Guarani fue y sigue
siendo el respeto a la palabra pues la
palabra es sagrada (ñe'êngatu).
2.
Desarrollo
2.1.
La Jornada
Ante
una solicitud de exponer -tiempo atrás- a los Maestros y Líderes
Indígenas la situación del Guarani en el contexto de la nueva
propuesta de Educación Bilingüe del MEC, nos hicimos presentes
en la jornada. A medida que hacíamos los comentarios y proyectábamos
las transparencias observabábamos en sus rostros cierta tristeza y
la sensación de preocupación. De cuando en cuando hacían ciertos
comentarios en voz baja, entre ellos. En el grupo pudimos reconocer a
tres indígenas Mbya Guarani, con quienes 30 años atrás, tuvimos la
ocasión de compartir experiencias en sus comunidades, ubicadas hacia
San Pedro y Ka’aguasu.
Al
terminar la exposición, salimos a un receso; y fue el momento en que
nos saludamos y conversamos recordando viejos tiempos. Nuestra
alegría fue grande al reencontrarnos después de mucho. Lentamente
la conversación se centró en el tema que les preocupaba, la
propuesta de Educación Bilingüe del MEC. Llegó un momento,
en que uno de ellos me dijo: “Mba’éiko pejapo peê jurua
Guarani ñe’êre. Peê niko pehekýi orehegui upe ore
ñe’ê ha pemongy’a orehegui. Peipuru Guarani
peporoja’o haĝua, pejoja’o haĝua, péicha pemongy’a. Péva
ndaha’evéima Guarani. Oréniko romomba’eguasu ko’áĝaite peve
upe ore ñe’ê, ore ojoapytépe. Guarani niko hekokatu ha hekopotî.
Ko’áĝa -peê pembyaihaguére Guarani- umi ñande’ŷva
-oikuaaporâ’ŷre avei- ombojáta orerehe ha he’íta hikuái
orerehe ore orejuruky’aha ha ore orerekomarâha”. Mientrás
él hablaba yo lo observaba y podía sentir su dolor al reflexionar
sobre el Guarani. Él se sentía impotente y rabioso. Le dolía en el
alma las agresiones que históricamente los paraguayos cometimos
contra el Guarani.
2.2.
La palabra no falsea ni engaña
Cuando
volví a casa me puse a meditar en aquellas sentidas y sabias
palabras de Lider y Maestro Indígena, recordando que para ellos
la palabra es sagrada; por consiguiente, con profundo
valor religioso; concepto éste desconocido por nosotros o no usual
entre nosotros actualmente. Ellos -a través de la palabra- solamente
pueden decir la verdad. Por eso, cuando le ponían o le ponen
el nombre a un lugar no mienten ni imaginan sino que estampan
mediante la palabra las características más exactas del sitio, así:
Suruvi’y, Ka’arêndy, Jaguaretekua, Yvyhûndy o Jukyty.
Por otro lado, la palabra solamente se pronuncia cuando es
absolutamente necesario. El ñe’êngatu u orador es aquel
que tiene el “don de la palabra”; en otros términos, es el
“virtuoso de la palabra”.
Precisamente,
Cadogan en su Ayvu Rapyta nos evidencia el valor
de la palabra, ya que luego que Ñande Ru Papa Tenonde
asumió la forma humana “de la sabiduría contenida en su propia
divinidad, y en virtud de su
sabiduría creadora, Nuestro Padre El Primero
concibió el origen del lenguaje humano.
De la sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su
sabiduría creadora, creó nuestro Padre el fundamento del
lenguaje humano (la palabra) e hizo que formara parte de su propia
divinidad. Antes de existir la tierra, en
medio de las tinieblas primigenias, antes de tenerse conocimiento de
las cosas creó aquello que sería el fundamento del lenguaje humano
e hizo el verdadero Primer Padre que formara parte de su propia
divinidad”. Por eso, la palabra es sagrada, porque
la palabra es Dios y Dios es la palabra. En cada palabra se
manifiesta Ñande Ru y no cualquier cosa. Ésa es la razón del
porqué son poco habladores. Cosa que mucha gente
“blanca” no conoce al no conocerlos. Hasta hoy,
aludiendo despectivamente al indígena, tratamos de ava
a aquella persona tímida y “maleducada”. Nada más lejos de la
verdad. En realidad, los indígenas no hablan sencillamente porque
respetan la palabra. Eso no significa que ellos sean maleducados,
malos o poco sociables. Forma parte de su ñande reko.
2.3.
El No’ôvusu
Precisamente,
una anécdota que suelo contar -y que ocurrió 30 años atrás con
uno de los Maestros presentes en la jornada, cuando eso era
Mburuvicha de su comunidad- es aquella en la cual, después de
mucho insistir y sobretodo de habernos ganado su confianza, un día
nos invitaron a participar de un no’ôvusu o
asamblea de líderes o Mburuvicha, una especie de cumbre
presidencial, donde tratan cuestiones de interés general. Es
un encuentro privado, sólo reservado a ellos. Llegamos al sitio, en
la zona de Guajayvi (San Pedro) y nos ubicaron a más o menos 15
metros del opy o sitio de la reunión. Fuimos
advertidos de que no debíamos acercarnos más y también se nos dejó
clara constancia de que el sólo hecho de participar como
observadores, debía ser considerado por nosotros como un privilegio
especial, que ellos nos concedían. Yendo al caso concreto, recuerdo
que los líderes llegaron de grandes distancias, de a pié (15, 30,
50 y más kilómetros) para aquel no’övusu. Estuvieron 11 en
total. Nadie nos explicó cómo se avisaban para participar de estos
encuentros ni porqué las reuniones se realizaban precisamente en
dicho lugar. En fín, el primer día, un martes, se sentaron en unos
apyka puku jere acompañados de sus mujeres y
debidamente ataviados. Estuvieron todo el día sin decirse una sola
palabra, absolutamente nada. Se levantaron del sitio solamente para
comer o para cumplir con sus necesidades fisiológicas. El día
siguiente ocurrió lo mismo. Y el tercer día, como a la
mediatarde, uno de ellos -el inspirado- se puso de pie y solamente
pronunció tres palabras: “ko’áĝa ñañemityva’erâ
avati”. Después de escucharlo, todos se pusieron de pie y
retornaron a sus comunidades. Imagínense, se reunieron tres días
únicamente para escuchar tres palabras, palabras sagradas;
o sea, la manifestación de Ñande Ru, al decir de
Cadogan.
2.4.
La idea de la perfección
Por
otra parte, al ser capaces de concebir el Ñe’êngatu
o palabras perfectas, podemos deducir que también interpretan lo que
es la perfección o la plenitud, resumida en la raíz
katu o ngatu. El concepto de la
perfección es algo que les apasiona. Es su razón de ser. Basta
recordar que en el Alto Parana y Kanindeju viven los Ava Guarani o
Avakatu o Avakatuete (donde ete
es superlativo), es decir, personas perfectas o plenas.
Debemos aclarar que ellos -entre sí- se autodenominan de esa manera
y no aceptan la denominación de Ava Chiripa, nombre con el
cual se los bautizó, desde afuera. Resulta claro que ellos no
vienen a especular con aquello de que somos perfectibles o que
debemos vivir procurando el camino de la perfección. Es por ello
que los Avakatu o Ava Guarani están obligados moral y éticamente a
practicar lo correcto, el error solo puede ser una casualidad.
2.5.
El error se puede subsanar
De
lo mencionado en la parte final del párrafo anterior se desprende la
antigua tradición del tera’o o el cambio de nombre.
Antes, debemos convenir que para el indígena todo está en el
nombre. El nombre es lo máximo, es la persona. Por eso cuando caen
en el tekomarâ (imperfección) -que no debe ser reiterada o
cotidiana- la tendencia social les obliga a -en una ceremonia-
sacarse el nombre con el cual cometieron la imperfección y ponerse
uno nuevo, sin manchas, que les garantice nuevamente su
tekokatu, que los hace avakatu.
2.6.
El sabio Bertoni descrubre la sociedad de sus sueños y describe la
Civilización Guarani
Ligado
al ala izquierda del Partido Liberal, de la mano del geógrafo
socialista francés Eliseo Reclus, el joven Moisés se adentró en
las ideas del socialismo anárquico y por consejo de Reclus, Bertoni
viajó a América a fundar una colonia donde poner a prueba las
nuevas ideas sociales y políticas. Bertoni impregnó entonces su
vida con las ideas proclamadas por los utopistas, quienes le hicieron
ver a la sociedad que lo rodeaba como una sociedad corrupta que no
ofrecía nada a sus hijos. En 1882
partió hacia América, a la cual llegó después de 22 meses de
viaje, concretamente a la Argentina. Allí entusiasmó al Presidente
Julio Argentino Roca con su proyecto. Éste le concedió tierras en
la actual Provincia de Misiones, a donde arribó en 1884. Tres años
permanecieron en esa zona. Durante esos años se acentuaron los
acosos por parte de varios interesados en las tierras concedidas a
Bertoni. Una noche -cuando incendiaron sus viviendas- los Bertoni se
fugaron al Paraguay, llegando a Jaguarasapa (Itapúa), para -tiempo
después- asentarse definitivamente en el actual Pto. Bertoni (Alto
Parana), donde -poco a poco- Bertoni quedó sorprendido y maravillado
de la cosmovisión y de la manera de vivir de sus vecinos, una
comunidad Mby’a-Guarani. Conceptos como que la
tierra, las plantas y los
animales no tienen dueño (porque este no es el final de la vida,
sino el tránsito hacia otra); o el
valor dado al desarrollo de
las virtudes espiritules y morales (por sobre las materiales. Esta
sociedad no conocía el dinero, ni le importaba. Tampoco conocía la
compra-venta. Ellos viven para
“ser” no para “tener”);
o el
respeto a la naturaleza (no admitían la caza indiscriminada o la
tala de bosques y plantas); o el
concepto de la vida presente (por eso ko’êrô
es solo una posibilidad, es “si
amanece”);
etc. fueron pruebas de oro para Bertoni, en su afán de demostrar la
factibilidad de una sociedad justa, solidaria y democrática.
Inspirado en los Ava Mby’a desarrolla sus valiosos y asombrosos
estudios sobre la Cultura Guarani, que se sintetizan con la
publicación de “La civilización Guarani” (1922).
Cabe
destacar que Moisés Santiago Bertoni nació en 1857, en Lottigna
(Suiza). En 1875, por presión de su padre, Ambrosio Bertoni,
respetado abogado; Moisés ingresó a la Universidad de Ginebra a
estudiar Derecho. Paralelamente, tomó cursos de clasificación
botánica. Falleció el 19 de setiembre de 1929. A lo largo de
sus 72 años, Moisés Bertoni realizó un total de 524 publicaciones,
de las cuales 107 se editaron en Suiza, 28 en Argentina y 389 en el
Paraguay. Cabe destacar que Bertoni -ilustre y sabio hombre de
ciencia, reconocido internacionalmente- dedicó gran parte de su vida
a promocionar, con profunda convicción, la Cultura Guarani por
considerarla el reflejo de la milenaria, justa, solidaria,
democrática y evolucionante Civilización Guarani.
3.
Conclusión
Nuestras
reflexiones sobre los Guarani y el concepto de lo perfecto; y
por otra parte, la referencia a un ciudadano universal: Moisés
Bertoni; pueden ayudarnos a visualizar claramente porqué es
imperativo cuidar la filosofía de la Civilización Guarani. Hoy -que
mucha gente estudia y manifiesta su aprecio hacia el Guarani- debemos
redoblar esfuerzos para fortalecer su difusión y fortalecimiento.
Pese a todo, creo que el Guarani hoy está fuerte y rejuvenecido, no
solo en nuestro país; sino que, forma parte del interés de
prestigiosas universidades y centros de investigación del mundo;
asimismo, ya ganó varios sitios en internet, herramienta poderosa
para la promoción y el fortalecimiento de la cultura a nivel
universal. Finalmente, y que quede claro, siempre debemos analizar
e interpretar a la Lengua Guarani a partir de la propia Cultura
Guarani, caso contrario solo colaboraríamos en su progresiva,
injustificable e imperdonable degeneración.
(*) Presidente
(Director General) del ATENEO DE LENGUA Y CULTURA GUARANI. Doctor en
Lengua y Cultura Guarani. Profesor Titular de la Universidad Nacional
de Asunción. Escritor bilingüe. Traductor público. E-mail:
davidgaleanoolivera@gmail.com
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Leer
LA
RELIGIÓN GUARANI,
en
(http://lenguaguarani.blogspot.com/2016/07/la-religion-guarani-con-su-palabra.html)
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