LA EDUCACIÓN TRADICIONAL DE LOS NIÑOS ACHE GUAJAKI
Por: José Antonio Perasso
Leer original (hacer clic) en: http://groups.google.com.py/group/guarani-nee/web/la-educacin-tradi...
José Antonio Gómez-Perasso, destacado investigador paraguayo, llevó a cabo un trabajo de investigación acerca de “La
educación tradicional de los niños Ache Guajaki”, cuyos datos más
importantes transcribimos seguidamente:
educación tradicional de los niños Ache Guajaki”, cuyos datos más
importantes transcribimos seguidamente:
José Antonio Perasso
Cuando nace un niño entre los Ache Guajaki, la madre es quien lo acompaña durante los primeros años, en forma más directa que el padre, quién por su mismo rol socio-económico de cazador se mantenía alguna
parte del tiempo ausente, sobre todo si se trataba de cacerías colectivas de
venados o pecaríes. Ocasionalmente, cuando el grupo debía desplazarse a un
ritmo más acelerado, el padre quién solía portar al niño sobre sus hombros y
llevarlos -en caso de no haberse establecido el grupo en un lugar determinado-
a perseguir con él a las presas y sólo dejarlo con su madre al divisar huellas
o cualquier otro rastro que indique la presencia de algún animal. Generalmente
la madre amamantaba al niño cada vez que éste se lamentaba, y lo hacia hasta
que él mismo se tornaba relativamente grande (tres o cuatro años). No era
extraño así observar amamantar a una madre
a dos o más de sus hijos... Si por alguna razón la madre no quería
amamantar a su niño, se colocaba en los pezones cera negra; en tal caso solía
dársele la pechuga de algún ave, sin cocerla, para que el niño la succione.
parte del tiempo ausente, sobre todo si se trataba de cacerías colectivas de
venados o pecaríes. Ocasionalmente, cuando el grupo debía desplazarse a un
ritmo más acelerado, el padre quién solía portar al niño sobre sus hombros y
llevarlos -en caso de no haberse establecido el grupo en un lugar determinado-
a perseguir con él a las presas y sólo dejarlo con su madre al divisar huellas
o cualquier otro rastro que indique la presencia de algún animal. Generalmente
la madre amamantaba al niño cada vez que éste se lamentaba, y lo hacia hasta
que él mismo se tornaba relativamente grande (tres o cuatro años). No era
extraño así observar amamantar a una madre
a dos o más de sus hijos... Si por alguna razón la madre no quería
amamantar a su niño, se colocaba en los pezones cera negra; en tal caso solía
dársele la pechuga de algún ave, sin cocerla, para que el niño la succione.
Los dientes de los jakare que lograban capturar sus padres, eran ajugereados y ensartados a un cordoncito de fibra de ortiga brava y enlazados al cuello de
los niños. No como un simple elemento ornamentativo sino que fundamentalmente
como sinónimo de la capacidad de cazadores de sus padres. Era también común
entre los niños la utilización de collares de penes de armadillos. Los collares
indican en los niños el prestigio social de sus padres, prestigio que en cierta
medida se lo atribuian como propio, especialmente durante sus juegos de
cacerías en los que solían narrar las hazañas de sus padres como de ellos mismos
e imitarlas a semjanza de lo que habian oído.
los niños. No como un simple elemento ornamentativo sino que fundamentalmente
como sinónimo de la capacidad de cazadores de sus padres. Era también común
entre los niños la utilización de collares de penes de armadillos. Los collares
indican en los niños el prestigio social de sus padres, prestigio que en cierta
medida se lo atribuian como propio, especialmente durante sus juegos de
cacerías en los que solían narrar las hazañas de sus padres como de ellos mismos
e imitarlas a semjanza de lo que habian oído.
El fuego era y sigue siendo el sitio de las reuniones familiares. En torno a él, los niños aprendían -a través de las conversaciones- las experiencias de los mayores, los mitos. El
momento de ingerir las presas se tornaba en un encuentro entre padres e hijos,
como lo era la hora de dormir en la que se colocaban unos sobre otros a un lado
del fuego, como para lograr calentarse y brindarse mútuamente con sus cuerpos
una temperatura agradable. El niño aprendía a través de estos hechos, más que a
dialogar a escuchar a sus padres y familiares, a compartir el alimento, y el
lecho, pues generalmente todos comían de una misma porción que se iban pasando
de uno en uno, aunque a veces la madre o el padre extraía pequeños trozos para
los niños, sobre todo si estos eran aun relativamente pequeños. Igualmente el
lecho constituia un elemento compartido, generalmente se cedía a los niños el
lugar más próximo al fuego, pero aún así estos debían cambiarse con cierta frecuencia
de posición para que los que dormían junto a ellos puedan acomodarse con cierta
libertad. La hora de acostarse, constituia el momento apropiado para extraerse
las espinas o astillas... En el asiento de fogones los niños asimilaban de sus
padres las reglas de los cánticos que expresaban lamentaciones, hazañas o
deseos, aunque recién empezaban a entonarlos
una vez llegados a la adolescencia.
momento de ingerir las presas se tornaba en un encuentro entre padres e hijos,
como lo era la hora de dormir en la que se colocaban unos sobre otros a un lado
del fuego, como para lograr calentarse y brindarse mútuamente con sus cuerpos
una temperatura agradable. El niño aprendía a través de estos hechos, más que a
dialogar a escuchar a sus padres y familiares, a compartir el alimento, y el
lecho, pues generalmente todos comían de una misma porción que se iban pasando
de uno en uno, aunque a veces la madre o el padre extraía pequeños trozos para
los niños, sobre todo si estos eran aun relativamente pequeños. Igualmente el
lecho constituia un elemento compartido, generalmente se cedía a los niños el
lugar más próximo al fuego, pero aún así estos debían cambiarse con cierta frecuencia
de posición para que los que dormían junto a ellos puedan acomodarse con cierta
libertad. La hora de acostarse, constituia el momento apropiado para extraerse
las espinas o astillas... En el asiento de fogones los niños asimilaban de sus
padres las reglas de los cánticos que expresaban lamentaciones, hazañas o
deseos, aunque recién empezaban a entonarlos
una vez llegados a la adolescencia.
Los padres Ache-Guayakies practican el acto sexual, que era sinónimo de “flechar”, delante de sus hijos, puesto que era para ellos una forma de
iniciarlos y desarrollar la psico-sexualidad de los infantes. El niño descubria
así parte de su origen, ya que según las tradiciones la otra parte era de
origen animal, de la presa capturada por el padre y sustanciada por la madre en
su estado de preñez. Era precisamente el nombre de esta presa el que llevaba el
niño. Cuando los infantes veían copular a los animales los observaban
detenidamente y comentaban con sus semejantes muchas veces en tono irónico la
relación de gestación en su más amplio contexto natural.
iniciarlos y desarrollar la psico-sexualidad de los infantes. El niño descubria
así parte de su origen, ya que según las tradiciones la otra parte era de
origen animal, de la presa capturada por el padre y sustanciada por la madre en
su estado de preñez. Era precisamente el nombre de esta presa el que llevaba el
niño. Cuando los infantes veían copular a los animales los observaban
detenidamente y comentaban con sus semejantes muchas veces en tono irónico la
relación de gestación en su más amplio contexto natural.
Entre los Guayaki de Yñarô, que practicaban la poliandria, es de decir la unión de una mujer con varios hombres; estos sugún el prestigio que gozaban ante su
mujer ocupaban una determinada posición en el lecho y según las posiciones se
les aplicaban apelativos que definían el grado de su pontencialidad
socio-economica. Los maridos debian ocuparse sin excepcion de todos los hijos
de su mujer.
mujer ocupaban una determinada posición en el lecho y según las posiciones se
les aplicaban apelativos que definían el grado de su pontencialidad
socio-economica. Los maridos debian ocuparse sin excepcion de todos los hijos
de su mujer.
Las relaciones de los adultos homosexuales o cazadores fracazados no eran vedadas observar a los niños, como mucho menos emitir comentarios al respecto. Los
homosexuales o cazadores fracasados eran -en cierta medida- los encargados del
cuidados de los infantes, junto con las madres de éstos y de realizar todo tipo
de labores domésticas, como confeccionar
cestos, fabricación de ceramicas o recoleccion de frutos o tubérculos.
homosexuales o cazadores fracasados eran -en cierta medida- los encargados del
cuidados de los infantes, junto con las madres de éstos y de realizar todo tipo
de labores domésticas, como confeccionar
cestos, fabricación de ceramicas o recoleccion de frutos o tubérculos.
“MITÂ ACHE GUAJAKI ÑEHEKOMBO’E HEKOITÉPE”
José Antonio Perasso mba’e – Ohai Guaraníme: David Galeano Olivera
José Antonio Gómez-Perasso, tembiakuaarekahára kapupyry, ñane retâyguáva, ohaíkuri hembiapokue omombe’uhápe peteî Ache no’ô mba’ekuaaita. Péicha he’i:
Heñói jave mitâ, Ache Guajaki apytépe, opytáma isy poguýpe. Isýnga’u upe oñangarekovétava hese, itúva osê py’ỹire omymbajukávo ha upehaguére
akóinte ipore’ỹ.
Ováramo térâ oguata puku jave, mitâ oho ka’írô itúva ati’y ári oikuaañepyrû haĝua
mba’éichapa ojehapykuehóva’erâ mymbakuéra. Sykuéra omokambu mokôi mbohapy
imembymimi, ohupyty peve mbohapy térâ irundy ary. Omombo’o haĝua
imemby, omoî ititíre araity hûva, ha
ome’ê mitâra’ýpe oimeraê guyra pyti’a ojy’ỹva,
oipyte haĝua.
akóinte ipore’ỹ.
Ováramo térâ oguata puku jave, mitâ oho ka’írô itúva ati’y ári oikuaañepyrû haĝua
mba’éichapa ojehapykuehóva’erâ mymbakuéra. Sykuéra omokambu mokôi mbohapy
imembymimi, ohupyty peve mbohapy térâ irundy ary. Omombo’o haĝua
imemby, omoî ititíre araity hûva, ha
ome’ê mitâra’ýpe oimeraê guyra pyti’a ojy’ỹva,
oipyte haĝua.
Jakare râigui -mymba ituva ojukava’ekue- ojapo hikuái mbo’ymimi oipurúva ijajúri. Péicha ohechauka hikuái maymávape itúva ikatupyryha. Umi mbo’y ojapo avei
hikuái tatu volíto rembógui. Umi mbo’y rupive ha’ekuéra omomba’eguasu
ituvakuérape.
hikuái tatu volíto rembógui. Umi mbo’y rupive ha’ekuéra omomba’eguasu
ituvakuérape.
Tataypy jerére oguapy ha oñomongeta. Upépe mitâme oñemombe’u heta mba’e ha’ekuéra tekotevêva oikuaa. Tuva, sy ha ñemoñarekuéra ojojuhupa hikuái okaru ha oñenóta
jave. Oke haĝua
oñemoaĝui
hikuái tatágui, ombyaku haĝua hete ha oñombyaku haĝua
ojoapytépe. Upeichahápe mitâ ojepokuaáma ohendúvo itúva, isy ha hogayguávape; avei
ojepokuaáma okaru ha okévo oñondive. Imitâvéva hi’aĝuiveva’erâ
tatágui, oñeno jave. Oñeno mboyve ha’ekuéra oheka ha onohê taha’e ha’ehágui
ñuatî hamba’e. Tataypýpe mitâmimi ohendu hikuái itúva ha isy purahéi ha
mombe’umimi.
jave. Oke haĝua
oñemoaĝui
hikuái tatágui, ombyaku haĝua hete ha oñombyaku haĝua
ojoapytépe. Upeichahápe mitâ ojepokuaáma ohendúvo itúva, isy ha hogayguávape; avei
ojepokuaáma okaru ha okévo oñondive. Imitâvéva hi’aĝuiveva’erâ
tatágui, oñeno jave. Oñeno mboyve ha’ekuéra oheka ha onohê taha’e ha’ehágui
ñuatî hamba’e. Tataypýpe mitâmimi ohendu hikuái itúva ha isy purahéi ha
mombe’umimi.
Sy ha tuvakuéra oporeno hikuái iñemoñare rovake. Peichahápe umi mitâ oikuaa ñepyrû ma’erâpa oñeporeno. Umi mitâ oikuaávo upe mba’e oikuaa avei mba’éichapa
heñoiraka’e isy ryepýpe. Kuña hyeguasu jave, iména osêva’erâ omymbajuka ha upe
mymba ojukáva ro’o ho’ukava’erâ hembirekópe. Upe mymba pytu ha mbarekue ndaje
ojehaitypo mitâra’y retepýpe. Upe mymba rérape ojehero uperire mitâme, heñói
rire.
heñoiraka’e isy ryepýpe. Kuña hyeguasu jave, iména osêva’erâ omymbajuka ha upe
mymba ojukáva ro’o ho’ukava’erâ hembirekópe. Upe mymba pytu ha mbarekue ndaje
ojehaitypo mitâra’y retepýpe. Upe mymba rérape ojehero uperire mitâme, heñói
rire.
Kuña Guajaki, oikóva Yñarôme, ikatu imenaheta. Upe mba’e ndaivaíri ijapytepekuéra. Umi ikatupyryvéva oñeno aĝuive kuñágui ha katu umi
ikatupyry’ivéva oñeno mombyryve upe kuñágui. Tuva oñangareko ha ohayhuva’erâ
mitâmimi jepémo ndaha’éi iñemoñare tee. Upéicha avei, umi kuimba’e oñemboheko
kuñáva ha umi omymbajukakuaa’ỹva opyta hikuái ogapýpe ojapóvo
kuña rembiapo, oñangareko mitâre, ojapo ajaka ha ombyaty yva ha kogaty
tembi’urâ.
ikatupyry’ivéva oñeno mombyryve upe kuñágui. Tuva oñangareko ha ohayhuva’erâ
mitâmimi jepémo ndaha’éi iñemoñare tee. Upéicha avei, umi kuimba’e oñemboheko
kuñáva ha umi omymbajukakuaa’ỹva opyta hikuái ogapýpe ojapóvo
kuña rembiapo, oñangareko mitâre, ojapo ajaka ha ombyaty yva ha kogaty
tembi’urâ.
(Fuente: Libro “Antropología – Avakuaaty” de David Galeano Olivera)
JOSÉ ANTONIO PERASSO
Nació en Asunción (1956). Licenciado en historia por la Universidad Católica de Asunción, realizó estudios de posgraduación en arqueología prehistórica en la Universidad de Säo Paulo
(Brasil). Cursó el ciclo de doctorado en historia en la Universidad Nacional de
Asunción. Preparó su tesis doctoral sobre "Interpretación de
estructuras en arqueología histórica: El Sitio Trinidad". Miembro del
Proyecto Arqueológico Leroi Gourhan, coordinado por Luciana Pallestrini
(Departamento de Paraguari, Paraguay). Compartió su labor investigadora con la
actividad docente y periodística. Mereció el premio "Joven sobresaliente 1984)
de la Cámara Junior de Asunción. Falleció el 24 de agosto de 1994.
(Brasil). Cursó el ciclo de doctorado en historia en la Universidad Nacional de
Asunción. Preparó su tesis doctoral sobre "Interpretación de
estructuras en arqueología histórica: El Sitio Trinidad". Miembro del
Proyecto Arqueológico Leroi Gourhan, coordinado por Luciana Pallestrini
(Departamento de Paraguari, Paraguay). Compartió su labor investigadora con la
actividad docente y periodística. Mereció el premio "Joven sobresaliente 1984)
de la Cámara Junior de Asunción. Falleció el 24 de agosto de 1994.
OBRAS (disponibles en GUARANI RAITY)
ARQUELOGÍA: METODO Y TECNICAS EN SUPEFICIES AMPLIAS (con Luciana Pallestrini) 1984, 53 pgs.
AVA GUYRA KAMBI (NOTAS SOBRE LA ETNOGRRAFIA DE LOS AVA-KUE CHIRIPA DEL PARAGUAYORIENTAL) (José A. Perasso) 1986, 161 pgs.
AYVUKUE RAPE El Camino de las Almas Etnografía Ava-kue-Chiripa y Tymaka-Chiriguano (José A. Perasso) 19992. 119 pgs.
CRONICAS DE CACERIAS HUMANAS la trageida ayoreo (José A. Perasso) 1987, 130 pgs.
EL PARAGUAY DEL SIGLO XVIII EN TRES MEMORIAS,
(José A. Perasso) 1986, 128 pgs.
EL PARAGUAY DEL SIGLO XVIII EN TRES MEMORIAS,
(José A. Perasso) 1986, 128 pgs.
EL GUARANI CONQUISTADO Y REDUCIDO ENSAYOS DE ETNOHISTORIA (Bartolomeu Melià) 1993, 301 pgs.
EL HOMBRE PREHISTORICO DEL PY-PUCU Esbozo arqueo-etnológico (Luciana Palestrini, José A. Perasso, Ana M. Castillo) 1989, 70 pgs.
JEGUAKÂVA Arte Plumario Indigena del Paraguay Album Grafico (Luciana Pallestrini y José A. Perasso) 1988, 139 pgs.
LOS GUARAYU Guaraníes del Oriente Boliviano (José A. Perasso) 1988, 167 pgs.
OTROS
Ha publicado obras de arqueología, lingüística, historia, folklore y etnografía. Algunos de sus trabajos son : Vocabulario Ache - Guajaki.
Enfoque etnográfico (1975), Los pueblos de indios y su desintegración en el siglo XIX (1976), Estudios Mak'a: cultura material (1977).
La concepción Kom Lyk y Mak'a del cosmos (1977), Estudios Kom Lyk I y II (1979)
Estudios Ava Kue Chiripa (1980), La crisis emocional de la adolescencia: un fenómeno de aculturación entre los kom Lyk Toba (1985)
JOSÉ ANTONIO GÓMEZ-PERASSO -JUNTO A LUCIANA PALLESTRINI- TIENE EN SU HABER LA INVESTIGACIÓN ACERCA DEL “HOMBRE PREHISTÓRICO DE CABALLERO”. Ver aquí:http://groups.google.com.py/group/guarani-nee/web/el-hombre-de-caba...
No hay comentarios:
Publicar un comentario