Lengua Guarani

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Ára Pyahu

martes, 13 de marzo de 2012

MUY TRISTE POR EL ALEJAMIENTO DEL GRAN ALFREDO VAESKEN



MUY TRISTE POR EL ALEJAMIENTO DEL GRAN ALFREDO VAESKEN
Por: David Galeano Olivera
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Un querido amigo, un hermano, el ARQ. ALFREDO VAESKEN, un gran gestor de la cultura popular paraguaya; resolvió “tirar la toalla”, es decir, abandonar su puesto de gestor cultural debido principalmente a la indiferencia de las autoridades hacia las manifestaciones de la cultura folklórica.
En efecto, esta mañana escuché a otro gran promotor cultural, Don Fernando Gómez Scifo, anunciar el “retiro oficial” del Arq. Alfredo Vaesken del mundo de la cultura popular. Mi primera reacción fue un “anichéne” e inmediatamente lo llamé al querido Alfredo y le pregunté que había de cierto en dicha información y con mucha pena debo manifestar que, efectivamente, Alfredo resolvió retirarse del ámbito de la promoción y la gestión cultural. Cuando le pregunte “mba’épiko ojehu ndéve. Mba’érepiko rejei tapégui”, él me respondió con un “chekuerái” y seguidamente me manifestó que llegó al límite de su resistencia. Me dijo que se cansó de luchar, se cansó de la incomprensión, se cansó de la falta de sensibilidad sobre todo de las autoridades hacia todo aquello que está relacionado con la cultura popular paraguaya. También me dijo que luego de 35 años de dación sin condicionamientos, de una entrega total a favor de lo nuestro; mantuvo una reunión familiar y como consecuencia de la misma elegió dedicarse a su familia y a sus actividades profesionales, que durante mucho tiempo estuvieron relegadas en gran medida.
A lo largo de 35 años este gran hombre puso más de lo que recibió y siempre lo hizo por amor a lo nuestro y “a puro pulmón”. Me comentó -y soy infidente- que solo entre agosto y noviembre del año pasado “invirtió” de su peculio personal casi diez millones de guaraníes en llamadas telefónicas a las emisoras de radio, a los diarios y canales de televisión, a instituciones y artistas en el marco de la organización de algún evento cultural.
Es triste y lamentable lo ocurrido con Alfredo y lo que ocurre con muchos otros amigos de la cultura popular, quienes lejos de recibir el estímulo, el apoyo y la asistencia del Estado; tuvieron que arremangarse y llevar adelante grandes festivales y encuentros culturales metiendo la mano en su bolsillo o mediante la asistencia de esporádicos y escasos mecenas.
Todos sabemos que, en nuestro país, nunca fue fácil trabajar por la cultura popular. Lastimosamente mucho tiempo renegamos hasta de nuestra condición de paraguayos. Se nos metió en la cabeza que lo nuestro no sirve para nada, que es feo, que es kelembu, que es kachiâi; y que, por el contrario, todo lo foráneo es lo mejor, lo más lindo, lo mas kate. La mismísima educación nos orientó a valorar todo lo de afuera y a negar y despreciar todo lo nuestro, como hasta hoy increíblemente ocurre con nuestra Lengua Guarani o con nuestras polcas y guaranias. Y paradójicamente, mientras nosotros aquí -en nuestro país- crecimos con esa manera de pensar, notablemente los extranjeros no terminan de ponderar las bondades de la cultura Guarani y de la Cultura Popular Paraguaya. En ese contexto, en los años 80, Alfredo Vaesken y un grupo de amigos resolvieron dar vuelta esa página perversa y tan perjudicial, y así empezaron esta gran cruzada cuyo resultado hoy se puede apreciar en los miles de jóvenes festivaleros que cantan con amor y patriotismo nuestras canciones, bailan nuestras danzas tradicionales y se sienten orgullosos de ser paraguayos, lejos -al decir de Alfredo Vaeken- de los vicios, de las drogas y las malas costumbres.
Debemos convenir que un altísimo porcentaje del “repunte” de la música, la danza, y otras manifestaciones artísticas, festivaleras, se debe a la titánica e incansable labor de Alfredo Vaesken y de otros amigos que compartieron con él esa patriada.
Alfredo consiguió sensibilizar y solidarizar a la comunidad artística de nuestro país. Tuvo la virtud de saber “estirar”; muchas veces, gratuitamente, a varios artistas de primera línea y a los incipientes a participar de los grandes festivales o de eventos solidarios para recaudar fondos en beneficio de algún artista en desgracia. Así como muchas veces se lo podía ver subiendo a animar con alegría y convicción algún festival; también se lo podía ver visitando y acompañando con tristeza a los artistas enfermos, e incluso lo vimos despedir a quienes -lastimosamente- fallecieron, muchas veces en condiciones miserables. Cuantas veces lo escuchamos en las emisoras de radio de todo el país, en el peor de los casos, llamando a la solidaridad de la ciudadanía con tal o cual artista enfermo o convocando al velatorio de otros.
Ideó y construyó el Monumento a Emiliano R. Fernández, a quien lo reivindicó como nacido en Yvysunu. Allí, por casi tres décadas, reunió a miles de personas de todas las condiciones sociales, económicas, políticas, religiosas, etc y las hizo devotas de Emiliano R. Fernández, en medio de procesiones, cantos y alocuciones fervorosas que trajeron casi del olvido al hoy mítico Emiliano R. Fernández (http://cafehistoria.ning.com/profiles/blogs/se-realiz-el-encuentro-con-emiliano-en-guarambare). A titulo personal, creo que Alfredo Vaesken fue el mentor más valioso que Emiliano R. Fernández tuvo en su trayectoria de reivindicación, respetando por supuesto la labor que otras personas e instituciones llevaron a cabo a favor del legendario Tirteo Verde Olivo.
Gracias a los festivales que coordinó en Guarambare (http://cafehistoria.ning.com/profiles/blogs/paraguay-y-el-mundo-cantaron-en-guarambare-2011) y a varios otros que conocieron de su apoyo y solidaridad, logró -como decía anteriormente- promocionar a miles de jóvenes artistas paraguayos rejuveneciendo y fortaleciendo al arte y a la cultura popular del Paraguay. Hoy esos jóvenes se convirtieron en estrellas y embajadores de la música y del arte paraguayos, a nivel nacional e internacional. Paralelamente, en esos grandes e históricos festivales, Alfredo creó espacios para la exposición y la venta de artesanías, de cd’s de artistas paraguayos o de libros de escritores nacionales. Los festivales coordinados por él rindieron culto a los héroes paraguayos, a los excombatientes del Chaco y a prácticamente todas las legendarias figuras del arte nacional.
Hablar de Alfredo Vaesken no es hablar de cualquiera, es hablar de un guerrero, de un hombre íntegro, inteligente, líder nato, decidido, capaz, frontal, inquieto, alegre, optimista; es hablar de un gran paraguayo, un patriota como pocos, como esos próceres que aparecen de tiempo en tiempo. Para él nada fue ni es imposible. Acompañado y apoyado siempre por su familia: su esposa, sus hijos, sus hermanos y sobre todo por su madre y sus muchos amigos, hizo mucho, muchísimo, con muy poco entre las manos y lo que es más, sin pedir nada a cambio. Que grande es el Arquitecto Alfredo Vaesken y como duele saber que tomó la más difícil decisión, la de apartarse del camino que siempre lo tuvo a él como un exitoso punta de lanza.
Muchas veces nuestros caminos se cruzaron y se hicieron comunes, solidarios y fraternos. Ultimamente, de manera conjunta, sentamos nuestra postura -en el marco de los festejos del Bicentenario- ante la millonaria contratación de un grupo internacional, en detrimento directo de los artistas nacionales (http://cafehistoria.ning.com/profiles/blogs/500-000-dolares-s-3-400-dolares-no-no-es-justo), lo que generó una oportuna y útil polémica a nivel de los medios de comunicación y de la ciudadanía (http://cafehistoria.ning.com/profiles/blogs/el-ateneo-en-el-programa-mina-en-casa) y en cuyo transcurso muchísima gente consideró acertada la postura asumida.
Al despedirme de él le dije que respetaba su decisión pero que lamentaba la orfandad en la cual queda el arte popular ya que con su alejamiento queda un enorme vacío que difícilmente otro lo podrá llenar.
También deseo aclarar que Alfredo me pidió discreción en relación a la decisión que tomó; sin embargo, al tiempo de pedirle disculpas por la infidencia, tomé la decisión de escribir este artículo de solidaridad con él y también consideré importante que la gente que lo admira y los muchos amigos que tiene, sepan de su alejamiento.
Ojalá el Estado Paraguayo y sus autoridades, alguna vez aprecien, apoyen y difundan lo nuestro, y que de una buena vez por todas fortalezacan la labor de todos los que nos dedicamos a la promoción de lo nuestro…
Querido Alfredo: muchísimas gracias por amar lo nuestro, muchísimas gracias por trabajar con alma y vida por lo nuestro. En nombre del ATENEO DE LENGUA Y CULTURA GUARANI y del mío propio, muchas gracias por todo querido hermano…
Martes 13 de marzo de 2012.

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