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DAVID ABDÓN GALEANO OLIVERA
Nació el 18 de febrero de 1961 en Asunción, es lingüista, antropólogo, filólogo, educador, y presidente del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní de la República del Paraguay.
Galeano Olivera estudió en el Colegio Nacional de la Capital Gral. Bernardino Caballero, de Asunción. En dicha institución recibió su título de Bachiller en Ciencias y Letras en 1979. Realizó su Licenciatura en lengua guaraní en la Universidad Nacional de Asunción, habiéndose graduado en 1985, y luego obtuvo otras titulaciones en las siguientes especialidades: Lingüística y Filología Guaraní (en 1998 y 1999), Metodología de la investigación (2000), Didáctica Universitaria (1994 y 1995), Lingüística General (1987) y también realizó varios cursos breves -en la Universidad Católica de Asunción- entre ellos, el Curso Internacional de Etnología
y Antropología (1991).
Trabajo en la universidad
David Galeano Olivera es profesor en la Universidad Nacional de Asunción en varias Carreras: Guaraní, Obstetricia, Enfermería, Gestión de la Hospitalidad y Biología. El es Profesor Titular de la Cátedra de Metodología de la Investigación, Profesor Adjunto de la Cátedra de Antropología Cultural, Profesor Adjunto de la Cátedra de Expresión Oral y Escrita, Profesor Adjunto de Cátedra de Sociología Paraguaya, Profesor Asistente de la Cátedra de Antropología, Profesor Encargado de la Cátedra de Comunicación, también Profesor Encargado de la Cátedra de Lingüística Guaraní en Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní. Igualmente, es Profesor de Gramática, Literatura, Didáctica y Cultura Guaraní, entre otros, del mismo Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní.
Idioma guaraní
David Galeano Olivera es fundador del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní en 1985 y es el presidente de esta institución desde entonces. El Lic. Galeano es un activista de la lengua y la cultura guaraní y de la propagación de la cultura; ha organizado diversos eventos, conferencias, seminarios, foros acerca de Guaraní en el Paraguay. Es miembro de diversas comisiones de la UNA. David Galeano Olivera es un autor de muchos libros sobre la cultura guaraní y paraguaya. El Lic. Galeano ha ganado diversos premios nacionales e internacionales como resultado de su trabajo.
Autor de los siguientes libros:
Mbo'ehao arapapaha guaraní ha España ñe'ême - Calendario Escolar Bilingüe (1988)
Jakavere ypykue (15 káso ñemombe'u) (1989)
Guaraní Rayhupápe mbohapyha (1995)
Guaraní Rayhupápe irundyha (1995)
Diferencias gramaticales entre el Guaraní y el Castellano: estudio contrastivo, y su incidencia en la educación (1999)
Káso Ñemombe'u (1999)
Antropología - Avakuaaty (2002)
Guaraní Ñe'êkuaaty - Lingüística (en) Guaraní (2002)
Sentimientos - Temiandu Pytu (2002)
Pukarâmeme (2007)
Pukarântevoi (2007)
También escribe artículos en periódicos, revistas, conferencias.
JOSÉ ASUNCIÓN FLORES
Nació en Asunción el 27 de agosto de 1904, hijo de Ma. Magdalenta Flores, una lavandera de un barrio marginal llamado Chacarita. Es probable que su afición por la música haya heredado de su padre, el guitarrista Juan Volta.
El propio maestro Flores refiere que su historia musical empezó "por robar un pedazo de pan" de un negocio de las cercanías de la parroquia de San Roque, donde, con otros niños, gustaba de corretear y jugar. Aquel mendrugo determinó que el niño fuera a parar a una comisaría y de allí, como "castigo", en el caracter de aprendiz en la Banda de Música de la Policía.
Su primera composición, una alegre polca dedicada a su padrino, "Manuel Gondra", data de 1922. En 1925, experimentando sobre una vieja canción popular, Maerãpa reikuaase, logró llegar al género de la Guarania, ritmo que convierte al Paraguay en uno de los pocos países del planeta que tiene una música propia cuyo autor se conoce. El mismo Flores dirá, andando el tiempo, que "la Guarania es de mi pueblo, fue escrita para y por mi pueblo". En 1928 conoció al poeta guaireño Manuel Ortiz Guerrero quien sería el autor de los versos de sus más famosas obras e influiría de manera decisiva en la vida personal del músico. Un año después recibió de manos del presidente de la Rca. Argentina el premio al mejor instrumentista del certamen internacional de Bandas realizado en Buenos Aires.
En 1932 se alistó en defensa de su patria y combatió en el frente de batalla en la Guerra del Chaco contra Bolivia. Vivió en Buenos Aires, hacia la mitad de los años '30, ocasión en la que formó una agrupación propia, la "Orquesta Ortiz Guerrero" con la cual, en 1934, grabaría un disco absolutamente antológico. En 1936, cuando el triunfo de la Revolución del 17 de febrero, regresó al país y fue designado director de la orquesta Folklórica Guaraní. Se desempeñó asimismo como profesor de la Escuela de Enseñanza Primaria Musical. Por avatares políticos tan propios del turbulento Paraguay de aquel tiempo, volvió al exilio en la Argentina. En su país, mientras tanto, sus guaranias alcanzaban gran popularidad y difusión y, en este marco, "India", con letra inicial de Rigoberto Fontao Meza y luego con la definitiva de Ortíz Guerrero, se convertiría en "Canción Nacional" por decreto del año 1944.
En 1949 rechazó la condecoración "Orden Nacional del Mérito" en protesta contra el asesinato del joven estudiante Mariano Roque Alonso. Este hecho le valió, bajo el mote de "traidor a la patria" la imposibilidad absoluta de regresar al país durante el gobierno de Alfredo Stroessner (1954-1989). El ingreso se le negó incluso cuando ya muy enfermo y en los últimos años de su vida pidió retornar y establecerse en un pequeño rancho. Fue designado miembro del Consejo Mundial de la Paz. En 1954 comenzó una etapa de "jerarquización de la guarania" a partir del trabajo sinfónico sobre sus principales obras ya escritas y creando sus célebres poemas sinfónicos, Víctima del mal de Chagas, falleció José Asunción Flores en Buenos Aires, el 16 de mayo de 1972, tres meses antes de cumplir 68 años.
Jose Asunción Flores
Creador de la guarania
Durante la dictadura del 54-89 sus obras fueron censuradas por los medios oficiales, aunque con escasos resultados reales. Estaban tan arraigadas en el gusto popular, que resultó imposible evitar su difusión.
GABRIEL CASACCIA
Nació en Asunción, Paraguay, el 20 de abril de 1907, hijo de Benigno Casaccia y de Margarita Bibolini.
Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de la Capital. Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción, se inició en el periodismo -escribiendo en “El Liberal” y en “El Diario” y en varias revistas asuncenas- para luego volcarse enteramente a la narrativa. Durante los primeros diecisiete años de producción literaria firmó sus libros con su primer nombre y sus dos apellidos: Benigno Casaccia Bibolini. Posteriormente adoptó el de Gabriel Casaccia, que será el definitivo, y con el cual fue conocido por sus principales novelas y colecciones de cuentos. Desarrolló, en su juventud, una breve actuación política para luego trasladarse a la Argentina, viviendo primero en Posadas, Provincia de Misiones y luego, definitivamente, en Buenos Aires.
Su trayectoria
Está considerado por la crítica, unánimemente, como el fundador de la moderna narrativa paraguaya. Augusto Roa Bastos, el máximo novelista del Paraguay, ganador del Premio Cervantes de Literatura expresa que “Gabriel Casaccia es el iniciador de la narrativa paraguaya contemporánea, lo que en buena medida da a su obra un carácter fundacional, y a su autor, el mérito insólito de haber echado a andar el género en un país novelísticamente inédito”.
Roque Vallejos, poeta e investigador, por su parte señala: “Desde Barret nadie en la narrativa paraguaya había apuntalado tan crudamente la “realidad nacional”. Nos referimos a esa experiencia humana que viene aconteciendo en el Paraguay hace más de cuatro siglos, a la que muchas veces la sociología se ha visto tentada a llamar “ficción”, pero cuya patencia en la vida de un pueblo no se puede desvirtuar. “No creo que la realidad nacional sea ni un interrogante, ni un misterio”, dice Casaccia en una carta al autor de este ensayo, enumerando luego varios hechos cuya negatividad no excluye la existencia de la misma: “sentimiento compensatorio del pasado”; “insatisfacción del presente”; “falseamiento de la historia”; “narcisismo adormecedor”; “falta de héroes civiles”; “desconocimiento de la libertad”. “Todo eso y mucho más -dice Casaccia- es nuestra realidad”... Se ha dicho que es el mejor representante de la literatura existencialista en nuestro país... La literatura posterior a Casaccia se ha inspirado en su obra transformándose en “fenómeno problematizador” por excelencia. Este tipo de antiliteratura que hace Casaccia se presenta como el medio menos retórico y más efectivo para desnudar la realidad...”
Hugo Rodríguez-Alcalá, en su “Historia de la Literatura Paraguaya” (1971) escribe acerca de Casaccia y de “La babosa”: “es un artista de sensibilidad exquisita, obseso por el recuerdo de su niñez y adolescencia. Niño y adolescente, pasó largas temporadas en un pueblecito situado a 30 km de Asunción. Este es un lugar apacible, a orillas de un lago hermoso, el Lago Ypacaraí. Las casas, de amplias galerías, con patios y jardines poblados de árboles frondosos se yerguen en el silencio como invitando a una vida sosegada y sedante. ¿Cómo va a evocar a este pueblo -Areguá- el autor expatriado de “La babosa”? ¿Será un lugar idílico al que la nostalgia le preste un agregado encanto, una mayor hermosura rústica? Nada de esto.
Acaso por un sentimentalismo al revés, Casaccia lo convertirá en el escenario de lo que más odia y no de lo que más ama. Allí pululan, inquietas y groseras, unas criaturas mezquinas, de pasiones bajas, que hozan en la banalidad de una existencia sórdida, vacía, inauténtica. Los siete pecados capitales han encarnado en Areguá la más potente versión paraguaya de sus esencias universales... En la patria del culto de los héroes, en efecto, surgen con “La babosa” los antihéroes. Se alegará que Casaccia vive en una época literaria de proliferación de antihéroes... Concedido. Pero siempre que no se olvide o descarte el dato fundamental antes indicado: en nuestro autor es innegable una reacción contra una manera de sentir y de expresar la vida de su nación, y esta reacción adquiere en sus circunstancias concretas un sentido de carácter propio y original. En suma, ese furor antiidealizador y antisentimental responde concretamente a una “manía” idealizadora y sentimentalizadora a la que hay que arrancarle la máscara”.
Raúl Amaral, crítico e intelectual de riquísima trayectoria en la cultura paraguaya de este siglo, en la “Introducción” a la novela póstuma “Los Huertas”, de Casaccia, afirma: “Algo importante habrá que recordar para que no se sigan repitiendo inexactitudes, derivadas de una visión negativa o incompleta: Casaccia no procede a la demolición espiritual o creativa de Areguá (y mucho menos del Paraguay) desde sus narraciones, sino que se limita a instalar grupos sociales, personas y hechos asediados por una problemática (una o varias) que tiene indudables raíces universales. La pena, la maldad, la maledicencia, el ejercicio del “mbareté”, no reflejan exclusividades nacionales o lugareñas, pues son propias de gentes que viven situaciones particulares en cualquier sitio de este mundo”.
Obras
Su obra es una amarga denuncia contra la realidad de su país. El total de su producción literaria consta -a lo largo de cincuenta años- de diez títulos que incluyen siete novelas, dos colecciones de cuentos y una obra de teatro. Ordenadas cronológicamente.
Sus novelas son
Hombres, mujeres y fantoches (1930)
Mario Pareda (1939)
La babosa (1952)
La llaga (1963)
Los exiliados (1966)
kghk
Los herederos (1975)
Los Huertas (1981), publicada póstumamente.
Colección de cuentos
El guajhú (1938)
El pozo (1947).
La obra de teatro
El bandolero fue publicada en 1932.
y victor alexander.
Últimos Años
Casado con la argentina Carmen Dora Parola, dejó descendencia.
Falleció en Buenos Aires, Argentina, el 24 de noviembre de 1980.
San Juan Bautista de las Misiones, 1885 - San Salvador, 1944) Conocido también con su sobrenombre de Mangoré, es el guitarrista y compositor paraguayo de música clásica más reconocido. Comenzó a tocar la guitarra desde niño, con participaciones esporádicas desde los ocho años en la Orquesta Barrios, integrada por miembros de su propia familia. Dotado de gran facilidad para la música, alternaba el violín con la flauta y el arpa, aunque más adelante eligió la guitarra como su instrumento principal.
AGUSTÍN PÍO BARRIOS
En 1910 inició los estudios de este instrumento con Antonio Giménez Manjón. Pronto logró conciertos en México y Cuba de la mano del mecenas Tomás Salomini. Tras proseguir sus estudios en Asunción, viajó por Argentina, Uruguay y Brasil. En 1925 se trasladó nuevamente a Brasil e inició luego un recorrido por todo el mundo. Aquel año se casó con Gloria, su inseparable compañera.
En 1930, aconsejado por empresarios artísticos con la idea de atraer más público, adoptó el seudónimo Nitsuga Mangoré, invirtiendo su nombre, Agustín, en Nitsuga, y utilizando el nombre de un cacique del siglo XVI. Se presentaba como "El cacique Nitsuga Mangoré, el Paganini de la guitarra de la selva paraguaya", con un extraño atuendo y maquillaje. Ello le valió fuertes críticas entre los especialistas, y cinco años más tarde abandonó esa imagen, aunque aún se lo recuerda con dicho seudónimo.
En 1933 inició su actividad como profesor en el conservatorio de San Salvador, aunque al año siguiente se vería interrumpida por la que fue su única gira por el Viejo Continente, que duró hasta 1936. A finales de la década de 1930 sufrió una crisis de sífilis y comenzaron sus problemas cardiacos. Falleció de un ataque al corazón a los 59 años en San Salvador, donde ejercía aún la docencia.
De la labor de Agustín Pío Barrios como compositor se destacan principalmente su versatilidad y su técnica. En su juventud recibió las influencias de Bach y Mozart; sin embargo, en otra vertiente de su producción, predominan los ritmos y melodías de música hispanoamericana. John Williams, el renombrado guitarrista australiano, lo calificó como el mejor compositor de todos los tiempos para la guitarra. Se estima que compuso más de trescientas obras (entre las que pueden citarse La catedral, Las abejas, Confesión, Danza guaraní, Mazurca apasionata), muchas de ellas perdidas.
Considerado como uno de los compositores hispanoamericanos más importantes del siglo, fue el primero en transcribir la obra de Bach para guitarra. Desde fecha tan temprana como 1910 dedicó atención a la grabación de discos, hasta llegar a la cifra de cincuenta registros sonoros.
JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO
José María Rivarola Matto, nació en Asunción, capital de la República del Paraguay, el 18 de diciembre de 1917, hijo de Octaviano Rivarola Bogarín y Victoriana Matto.
Falleció en Asunción, capital de la República del Paraguay, el 13 de septiembre de 1998.
Primeros pasos
Dramaturgo, narrador, ensayista y periodista, fue colaborador ocasional de diversas publicaciones y periódicos de la prensa paraguaya.
Infancia y Juventud
Su infancia la pasó en el Colegio San José de Asunción, capital de la República del Paraguay, durante los períodos de clase, y en los recesos escolares las pasaba en las estancias y obrajes de sus padres, ubicada en la ciudad de Rosario, distrito del segundo Departamento de San Pedro, Paraguay.
La casa de la familia Rivarola Matto estaba situada sobre la calle Wilson (hoy Eligio Ayala) casi Antequera, frente a la plaza de la Iglesia de San Roque (Asunción). Allí iba, cuando escapaba del cuartel para pasar la noche cómodamente y, subrepticiamente, reincorporarse a la madrugada. Esta travesura le costó prematuramente ser enviado al Chaco en plena guerra con Bolivia. Teniendo aún 16 años tuvo que partir para el frente como soldado raso.
El final de la guerra lo tomó en las trincheras de Villa Montes. Sobrevivió tras superar un año de disentería y paludismo. Se curó mascando la hoja de “coca”, yerba introducida por los prisioneros bolivianos. Pero su supervivencia no se debió tanto a su coraje, fortaleza o a la suerte, como en otros tantos casos, sino a sus dotes de escritor.
Estudió Derecho, carrera que culmina obteniendo el título de abogado, profesión que nunca ejerció.
Fue activista del Movimiento Franquista o Febrerista.
Se internó a caballo en las selvas del Alto Paraná hacia 1945.
Fue exiliado a la Argentina durante la contienda civil de los años 1946 al 1947. En Posadas adquirió un barco con el que llevaba encomiendas río arriba hasta los hoy desaparecidos Saltos del Guairá, y bajaba con jangadas hasta Rosario (Argentina). En Posadas, en el año 1950, escribe Follaje en los ojos, novela que trata sobre los confinados del Alto Paraná, novela esta que fue publicada en el año 1952 en la Ciudad de Buenos Aires.
Volvió a Asunción, en el año 1950, durante la dictadura, y fue apresado innumerables veces por exponer libremente sus ideas en cuanto periódico se animase a publicarlas.
Fue distribuidor de Clarín en Asunción, diario argentino donde se podía conocer alguna nota objetiva sobre la situación política local.
Trayectoria
Figura sobresaliente de nuestra literatura, se destacó también en la filosofía. Fue dramaturgo, narrador, ensayista y periodista. Colaborador ocasional, durante muchos años, en varios periódicos de la prensa local.
Se inicia como autor teatral en el año 1952 con la obra "El Sectario" que trata de la aberración de la fe en el espíritu humano.
Le siguen tres obras sucesivamente premiadas: "El fin de Chipi González", "La Cabra y la Flor" y "Encrucijada del Espíritu Santo". En la primera de ellas se plantea el problema de la libertad, en la segunda el de la belleza y la justicia; y en la tercera el drama de la utopía jesuita.
En el año 1930 aparece una compilación de artículos publicados en la prensa con el título de La Belle Epoque y otras hodas con fuerte acento humorístico.
Escribió además otros cuentos cortos hacia el año 1958 como "Degradación" que recibe mención en el V Concurso de Cuentos de "La Tribuna" a pesar de no ajustarse a las condiciones del certamen. Como cuento era extenso, como novela resultó corta, como tema muy polémico para ese tiempo.
En su “Historia de la Literatura Paraguaya” escribe Hugo Rodríguez Alcalá acerca de la obra dramática de este autor: “Rivarola Matto sabe crear caracteres y suscitar un ambiente -un ambiente rural...- y combina con habilidad lo cómico y lo serio. Es, acaso, el único escritor paraguayo importante capaz de fino sentido del humor. Su arte resulta más eficaz en la presentación de los conflictos dramáticos que en su desenlace”.
Obras
En narrativa es autor de una novela, “Follaje en los ojos”, del año 1952, obra en la que capta la angustiosa vida en los obrajes yerbateros del Alto Paraná, y de una pequeña colección de cuentos, “Mi pariente el cocotero”, del año 1974.
En su producción teatral destacan “El fin de Chipí González”, comedia estrenada en Asunción en 1956 y publicada en 1965, que fuera adaptada para el radioteatro en Montevideo y difundida en discos por toda América; “La cabra y la flor”, premiada en 1965 en el concurso teatral de Radio Cáritas; “La encrucijada del Espíritu Santo”, de 1972, también galardonada ese mismo año con el premio conferido por la ya citada prestigiosa radioemisora paraguaya. Ha publicado, asimismo, en 1983, una antología teatral que reúne tres piezas: “El fin de Chipí González”, “La cabra y la flor” y “Su Señoría tiene miedo”, siempre en la opinión de Rivarola Mernes, hace una fuerte crítica al Poder Judicial, y pudo representarse recién años después de caída la dictadura del gobierno del Gral.
Ha publicado además ensayos tales como “Hipótesis física del tiempo” (1987), “Reflexión sobre la violencia” (1993), “La no existencia física del tiempo” (1994) y una interesante e imaginativa serie de reflexiones dadas a conocer en el libro “La belle epoque y otras hodas”.
Dentro de sus obras teatrales, existe un precedente fundamental en el teatro histórico paraguayo contemporáneo: Encrucijada del Espíritu Santo de José María Rivarola Matto, obra editada en el año 1972. Se trata del primer acercamiento dramático al mundo de las misiones jesuíticas. El protagonista es José, un sacerdote joven que aparece envejecido al final de la acción, lo que da idea de las continuas y extensas elipsis del argumento.
El autor declara, al exponer la acción de la obra, que es una gran síntesis desarrollada en los siglos XVII y XVIII, en las misiones jesuíticas, «aunque prescinde de dar precisión al transcurso del tiempo». El discurso narrativo es lineal y abarca desde la evangelización de los indios hasta la expulsión de la orden en 1767, y su consecuencia principal: el retorno de los indígenas a la selva como elección propia ante la rapiña de los mamelucos paulistas o bandeirantes y el abando
AUGUSTO ROA BASTOS
Augusto Roa Bastos (Asunción, Paraguay, 13 de junio de 1917 - 26 de abril de 2005) fue el más importante escritor paraguayo, a quien se le reconoció internacionalmente con el prestigioso Premio Cervantes. Sus obras han sido traducidas a, por lo menos, 25 idiomas.
Augusto Roa Bastos nació el 13 de junio de 1917 en Asunción y posteriormente pasó su infancia en Iturbe, un pequeño pueblo de la región del Guairá, en una cultura bilingüe entre el guaraní y el castellano.
Regresó a la capital de su país, donde se formó con la lectura de los libros clásicos franceses, de León Tolstoi y de William Faulkner facilitada por su tío paterno, el obispo Hermenegildo Roa, hombre de origen catalán, con quien vivió.
Era hijo de un hombre de origen portugués que contaba con muy buena educación, y de un burgués de clase media, muy severo y autoritario, quien fue gerente de una refinería de caña de azúcar. Roa Bastos era de origen vasco, portugués y guaraní.
Con 15 años, en 1932, cuando estalló la guerra entre Paraguay y Bolivia conocida como Guerra del Chaco, escapó con otros compañeros del Colegio San José, de curas donde estaba como pupilo, para vivir la aventura de la guerra y sirvió en ella como enfermero; los horrores que presenció lo indispusieron para siempre contra la violencia.
Empezó a escribir teatro a la vez que trabajaba como administrativo de banca o como periodista para El País, diario de Asunción que le facilitó los primeros viajes a Europa, en particular a Inglaterra.
En 1944 formó parte del grupo Vy'a Raity ("El nido de la alegría" en guaraní), decisivo para la renovación poética y artística de Paraguay en la década del 40, junto a autores como Josefina Plá y Hérib Campos Cervera. Durante la guerra civil, a través del periódico El País fue poniéndose poco a poco a favor de los oprimidos sin formar parte de ningún partido político.
En 1945 pasó un año en Inglaterra invitado por el British Council y como corresponsal de guerra de El País; allí entrevistó al general De Gaulle; de allí pasó a Francia y asistió como periodista al juicio de Nüremberg en Alemania.
En 1947 tuvo que abandonar Asunción, amenazado por la represión que el gobierno desataba contra los derrotados en un intento de golpe de Estado, y se estableció en Buenos Aires, Argentina empleándose en una compañía de seguros; allí publicó la mayor parte de su obra.
En 1976 el advenimiento de la dictadura argentina lo obligó a trasladarse a Francia, invitado por la Universidad de Toulouse, y residió en esa ciudad como profesor universitario de literatura y guaraní hasta 1989, en que decidió regresar a su patria tras el derrocamiento del dictador paraguayo Alfredo Stroessner, de quien fue crítico acérrimo. Por razones desconocidas, durante su exilio se negó a brindar asistencia y ayuda a muchos paraguayos que también se encontraban exiliados. El escritor paraguayo Juan Bautista Rivarola Matto entre otros.
En 1982 había sido privado de la ciudadanía paraguaya; se le concedería la española honoraria en 1983 y la francesa en 1987. A lo largo de su carrera, Roa Bastos recibió varios premios, destacando el premio del British Council (1948) Concurso Internacional de Novelas Editorial Losada (1959) el Premio de las Letras Memorial de América Latina (Brasil, 1988), el Premio Nacional de Literatura Paraguaya (1995) y distinciones de otros países. La última que recibió fue la condecoración José Martí del gobierno cubano en el año 2003
En 1989 recibió el Premio Cervantes. Al recibir el premio prometió usar ese dinero para crear una fundación con bibliotecas en Paraguay, pero no llegó a concretarlo. Desde su retorno a Paraguay y hasta sus últimos días escribió una columna de opinión en el diario Noticias de Asunción.
Obras
Año Obras
1942 El ruiseñor de la aurora, y otros poemas.
1947-1949 El naranjal ardiente, nocturno paraguayo
1960 Hijo de hombre
1966 El Baldío
1967 Madera Quemada
1974 Yo el Supremo
1979 Lucha hasta el alba Trueno entre las hojas
1989 El Fiscal
1992 Vigilia del Almirante
1996 Madama Sui
1953 El trueno entre las hojas
1967 Los pies sobre el agua
1969 Moriencia
1974 Cuerpo presente, y otros cuentos
1974 Los Congresos
1974 El pollito de fuego
1974 Los Congresos
1976 El somnámbulo
1979 Los Juegos
1980 Antología personal
1980 Contar un cuento, y otros relatos
1989 On Modern Latin American Fiction
1996 Metaforismos
1998 Poesías reunidas (con Apéndice y Bibliografía)
2001 Los conjurados del quilombo del Gran Chaco
2002Un país detrás de la lluvia
RAMÓN BOGARÍN ARGAÑA
Ramón Bogarín Argaña fue un obispo, literato y destacado orador de Paraguay.
Monseñor Ramón Bogarín Argaña nació el 30 de marzo de 1911 en el pueblo de Ypacaraí. Fueron sus padres José Patricio Bogarín González y María de las Nieves Argaña. Era sobrino de monseñor Juan Sinforiano Bogarín, y hermano menor de otro pastor ilustre, Agustín Bogarín, con más de cincuenta años de sacerdocio, muchos de los cuales ejerció como titular de la parroquia de Encarnación.
Monseñor Bogarín Argaña tenía sangre de misioneros, mártires y héroes, tales como San Roque González de Santa Cruz, Amancio González y Escobar, fundador de pueblos y Francisco Javier Bogarín, prócer de la independencia y vocal de la Junta Superior Gubernativa de 1811.
Primeros Pasos
En 1930 pasó a residir en Asunción, donde fue aspirante a oficial en una de las movilizaciones militares previas a la Guerra del Chaco. En 1931 se anotó como alumno de la Facultad de Medicina, pero un viaje a Europa, organizado por su familia, interrumpió sus estudios.
En Francia tentó fortuna en la carrera de ingeniería mecánica, para abandonarla al poco tiempo, decidido a conducir su vida por el camino que le señalaba su verdadera vocación: el sacerdocio.
Ingresó al Seminario de Vocaciones Tardías de Saint Llan y posteriormente al Pontificio Colegio Pío Latino Americano de Roma.
Se graduó como Bachiller en Derecho Canónico y Licenciado en Teología. Ordenado sacerdote el 16 de abril de 1938 en Roma, al año siguiente regresó a su patria.
En Asunción organizó la Acción Católica local, de cuya Junta Central fue designado Asesor Eclesiástico, y simultáneamente Rector del Oratorio de la Virgen de la Asunción y Panteón Nacional de los Héroes.
Creó en 1940 la “Juventud Obrera”, y en los años del gobierno totalitario del general Higinio Morínigo fundó y dirigió el periódico semanal Trabajo, editado en la Imprenta Católica, cerrado por las amenazas recibidas por parte de sectores adictos al gobierno en la agitada primera mitad de la década.
En 1957 el Vaticano le otorgó el grado de Primado del recién creado Obispado de Misiones en el Paraguay, pasando a residir en San Juan Bautista de las Misiones, donde consolidó la sede episcopal. En esta ciudad creó un seminario, una escuela parroquial y una granja modelo.
Participó también de otras iniciativas progresistas para la comunidad, propiciando mejoras urbanas como el arbolado de las calles. Sostuvo una permanente e inquieta actividad, incluyendo tareas manuales o de asesoramiento muy ajenas a su formación eclesiástica, especialmente de orden edilicio y social.
Contribuyó así notablemente al progreso y embellecimiento de la ciudad de San Juan.
Para difundir la lectura creó la Librería de la Acción Católica, facilitando el acceso a libros y revistas con la idea de extender los horizontes de los jóvenes misioneros.
Se menciona al monseñor Ramón Bogarín entre los que promovieron la fundación de la Universidad Católica de Asunción, junto con el médico y sacerdote Juan Moleón Andreu y el profesor Mario Luis De Finis, ambos catedráticos de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional.
Actuó también en la labor ecuménica de la Iglesia, especialmente en Latinoamérica, interviniendo en 1965 en la creación de la Conferencia Episcopal en Medellín, Colombia, consolidada después como CELAM, de la cual fue subsidiaria la CEP, Conferencia Episcopal Paraguaya, en la que fue primer secretario.
Fue literato y destacado orador. Sus sabias recomendaciones a los alumnos de los colegios secundarios tuvieron gran receptividad. La esclarecida dicción del conferencista y la profundidad de sus reflexiones dejaron imperecedera huella en la mente de los jóvenes paraguayos de su época. El carácter casi coloquial de sus charlas hacía del orador un animoso intérprete de su función evangelizadora.
Últimos Años
La muerte le sorprendió el 3 de noviembre de 1976 en su querida diócesis de San Juan Bautista de las Misiones, a los 64 años de edad, a consecuencias de un infarto de miocardio.
La pérdida del preclaro y jovial sacerdote produjo un enorme dolor en los círculos que gozaron de su convivencia, por sus dotes de orientador de los movimientos juveniles católicos, de conferencista y de escritor, y especialmente por su valiente enfrentamiento a los gobiernos dictatoriales, lo habían revestido de un prestigio singular.
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